Síndrome postvacacional: ¿realidad o mito?

Ya entramos en septiembre y acaba el verano. Para muchos implica el fin de las vacaciones, y es que, volver a la rutina nunca es fácil, por lo que algunas personas lo achacan al “síndrome postvacacional”. Son numerosos los autores que lo ponen en duda, por lo que en este artículo profundizamos en si su existencia es real o simplemente se trata de otro mito popular.

¿Existe el síndrome postvacacional?

Síndrome postvacacionalHoy en día llevamos un ritmo de vida tan agitado que, en ocasiones, contribuye a la creación de problemas psíquicos. Si a esto le sumamos el estrés que suponen algunos trabajos, se puede crear una mezcla de emociones negativas.

Durán Juvé (2009) en una investigación sobre los psicotrastornos laborales, enumeraba los trastornos más frecuentes en los trabajadores. Los cuatro primeros eran: el síndrome de “estar quemado” o “Burn out”, el síndrome del “acoso institucional” o “Mobbing”, el síndrome postvacacional y las personas adictas al trabajo. El primero de estos síndromes ya fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro de su Clasificación Internacional de Enfermedades el año pasado, con la finalidad de crear estadísticas y tendencias de salud.

Hoy en día, el síndrome postvacacional no está considerado como una enfermedad por la OMS. De hecho, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (2007) insiste en que las molestias que se sienten tras la vuelta de vacaciones son tan solo las “propias de un cambio de rutina”. Además, la comunidad científica no llega a un acuerdo sobre su existencia real. Pero lo que se conoce comúnmente como síndrome postvacacional o depresión postvacacional, es el conflicto que supone para muchas personas el volver al trabajo después del periodo de vacaciones.

Esta sintomatología se manifiesta mediante “cuadros de ansiedad, temor, angustia, inquietud, inseguridad, etc.” En ocasiones también pueden aparecer síntomas propios de una depresión como son la desmotivación o la falta de interés (Durán Juvé, 2009). Pero es importante recalcar el hecho de que no es una enfermedad en sí, sino que es más bien un trastorno adaptativo. Y el utilizar la expresión “depresión postvacacional” sería realmente banalizar la depresión, que es una enfermedad mental muy seria, como señalaba Valerio (2019).

¿Cómo combatir el síndrome postvacacional?

Síndrome postvacacionalCuando adquirir de nuevo un hábito se vuelve una tarea costosa porque esta rutina que tienes que implementar te cuesta o, simplemente no te gusta, Manuel de la Peña, M.D., Ph.D. (2021) recomienda iniciarlo poco a poco durante bastantes días seguidos, en concreto, veintiuno. De esta manera, “lo acabarás adoptando como algo habitual y observarás cómo mejora tu estado de bienestar, gracias a la liberación de endorfinas”. En el caso de volver tras las vacaciones, este proceso de inicio progresivo se puede llevar a cabo yendo a dormir cada vez más temprano un par de semanas antes de tener realmente que madrugar.

Otra opción que aporta Manuel de la Peña, M.D., Ph.D.  (2021) es el asociar la vuelta al trabajo con algo que realmente te motive. Por ejemplo, una motivación podría ser la retribución a final de mes que permitirá ahorrar para organizar las próximas vacaciones. Y es que, cuando algo se transforma en un hábito, el cerebro lo asocia con determinadas recompensas.

Aunque esa sensación de agobio y ansiedad solo dure unos días, hay ciertos consejos para que se acabe antes. Según Durán Juvé (2009), lo más efectivo es regular los horarios en los que se trabaja, así como en los que se descansa. Más concretamente, Valerio (2019) da una serie de consejos para combatirlo de manera eficaz:

  • Antes de incorporarse por completo al trabajo es recomendable volver unos días antes a la rutina, aunque se siga en periodo de vacaciones. De esta manera el cambio es menos brusco.
  • Una vez se ha incorporado al trabajo, lo mejor es realizar las distintas responsabilidades de forma progresiva, con pequeños objetivos que se vayan incrementando con el tiempo.
  • Si durante las vacaciones se ha dejado de lado el deporte, es conveniente retomarlo. De esta manera se liberan endorfinas que ayudan a reducir el estrés.
  • Regular las rutinas de sueño cuanto antes para poder ir descansado y poder cumplir con las tareas correctamente.

Normalmente, no es necesaria la ayuda de un profesional para combatir el síndrome postvacacional. Pero si esta sintomatología se prolonga en el tiempo, lo más recomendable es acudir a un especialista, porque es posible que haya algún otro problema de fondo que no deja mejorar.

 

Fuentes:

Durán Juvé, D. (2009). Psicotrastornos laborales, un antes y un después. Obtenido en http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/13227.

Manuel de la Peña, M.D., Ph.D.  (2021). 21 días para cambiar hábitos. Obtenido en https://institutoeuropeo.es/articulos/blog/21-dias-para-cambiar-de-habitos/.

Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (2007). Planificar las actividades y disponer de tiempos de ocio a lo largo de todo el año evita el síndrome postvacacional. Obtenido en https://www.semfyc.es/wp-content/uploads/2016/10/NP_postvacacional_07.pdf.

Valerio, L. (2019). ¿Por qué no quieres volver a trabajar? El Mundo. Obtenido en https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2019/08/26/5d4954b021efa060388b456e.html.

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Director de la Cátedra del Corazón y Longevidad, Doctor “cum laude” en medicina, profesor de cardiología, escritor, académico, investigador y con experiencias de éxito en gestión.

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