Ciclo Cardíaco y Sístole Auricular: La Contracción que Impulsa tu Vida
Cada latido de tu corazón es una secuencia coordinada de eventos mecánicos y eléctricos. Entre estos, hay una fase que muchos desconocen pero que es fundamental: la sístole auricular. Esta contracción final de las aurículas marca la diferencia entre un corazón que funciona como un reloj y uno que no.
Entender cómo funciona el ciclo cardíaco y el papel de la sístole auricular te permitirá entender mejor tu salud cardiovascular y por qué ciertas arritmias comprometen tan drásticamente el corazón.
¡Hacer Test de Longevidad!¿Qué es el ciclo cardíaco?
El ciclo cardíaco es la secuencia de eventos que ocurren desde el inicio de un latido hasta el comienzo del siguiente. Esta secuencia incluye todos los fenómenos mecánicos y eléctricos necesarios para bombear sangre de manera eficiente a todo el organismo.
En un corazón sano en reposo, el ciclo completo dura aproximadamente 0.8 segundos, lo que equivale a una frecuencia de 75 latidos por minuto.
El ciclo se divide en dos grandes fases: la diástole (relajación y llenado) y la sístole (contracción y eyección). Las dos fases ocurren tanto en las aurículas como en los ventrículos, pero de manera secuencial y coordinada gracias al sistema de conducción eléctrica del corazón.

Fases del ciclo cardíaco
Diástole ventricular (fase de llenado)
La diástole ventricular es el período donde músculo cardíaco de los ventrículos se relaja y permite que las cavidades se llenen de sangre.
Durante esta fase, cuando la presión ventricular cae por debajo de la presión auricular, las válvulas auriculoventriculares se abren.
La sangre fluye desde las aurículas hacia los ventrículos, impulsada únicamente por la propia presión. Este llenado pasivo representa entre el 70-80% del volumen total que entrará en el ventrículo.
Sístole auricular
La sístole auricular es la fase del ciclo donde las aurículas se contraen activamente para completar el llenado ventricular. Esta contracción final, conocida también como «patada auricular», aporta el 20-30% restante del volumen de sangre hacia el ventrículo.
En individuos jóvenes y sanos menores de 35 años, esta contribución puede ser tan baja como el 20%, pero aumenta progresivamente con la edad, alcanzando hasta un 50-55% en personas mayores de 60 años.
La sístole auricular dura aproximadamente 100 milisegundos. Durante este período, la aurícula derecha impulsa sangre hacia el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide, mientras que la aurícula izquierda hace lo propio hacia el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral.
Sístole ventricular
Tras completarse el llenado ventricular, comienza la sístole ventricular. Esta fase se subdivide en dos períodos: contracción isovolumétrica y eyección.
Durante la contracción isovolumétrica, el miocardio ventricular se contrae con todas las válvulas cerradas. La presión dentro de las cavidades ventriculares aumenta rápidamente sin cambios en el volumen.
El período de eyección empieza cuando se abren las válvulas semilunares (válvula aórtica y pulmonar). El ventrículo izquierdo expulsa sangre oxigenada hacia la circulación sistémica a través del orificio aórtico, mientras el ventrículo derecho envía sangre desoxigenada hacia los pulmones vía arteria pulmonar.
Esta eyección continúa hasta que la contracción ventricular cesa al final de la sístole.
La sístole auricular: función y mecanismo
La contracción auricular representa un refinamiento evolutivo. Aunque el corazón podría funcionar sin ella, esta fase final optimiza significativamente el rendimiento cardíaco.
Cuando la aurícula se contrae, genera un incremento de presión que facilita el flujo de sangre a través de las válvulas auriculoventriculares abiertas.
Este aumento produce una pequeña onda en los registros de presión auricular, conocida como onda «a» en la curva de presión.
En condiciones normales, la sístole auricular contribuye aproximadamente 20-30% al volumen sistólico. Durante el ejercicio intenso, cuando la frecuencia cardíaca sube y el tiempo de llenado pasivo baja, la patada auricular puede aportar hasta el 40% del llenado ventricular.
En pacientes con enfermedades cardíacas estructurales, especialmente aquellos con ventrículo izquierdo rígido, la dependencia de la contracción auricular aumenta mucho.
Estudios demuestran que en pacientes post-infarto de miocardio, la sístole auricular contribuye hasta un 35% al volumen sistólico, comparado con solo 21.7% en personas sanas.
Sistema de conducción eléctrica del corazón
La sincronía perfecta del ciclo cardíaco depende de un sistema de conducción eléctrica especializado:
- Nodo sinusal: Localizado en la aurícula derecha, funciona como el marcapasos natural del corazón. Genera impulsos eléctricos espontáneos a una frecuencia de 60-100 veces por minuto en reposo. Cada impulso eléctrico iniciado aquí desencadena la despolarización auricular.
- Propagación auricular: El impulso se propaga rápidamente a través del tejido auricular, alcanzando ambas aurículas simultáneamente.
- Nodo auriculoventricular: Actúa como puente entre aurículas y ventrículos. Retrasa la conducción del impulso durante 0.1-0.2 segundos, permitiendo que las aurículas completen su contracción antes de que los ventrículos comiencen la suya.
- Sistema His-Purkinje: El impulso desciende por el haz de His y finalmente se distribuye por las fibras de Purkinje que penetran profundamente en el miocardio ventricular.
- Repolarización: Tras la contracción, las células cardíacas restauran su polaridad eléctrica. La repolarización ventricular se manifiesta como la onda T en el electrocardiograma y permite que el músculo se relaje para el siguiente ciclo.
Anatomía y válvulas involucradas
Válvulas auriculoventriculares
Las válvulas tricúspide (derecha) y mitral (izquierda) funcionan como compuertas unidireccionales que permiten el flujo de sangre hacia los ventrículos durante la diástole pero previenen el reflujo durante la sístole ventricular.
Durante la sístole auricular, estas válvulas permanecen abiertas. La contracción auricular genera presión que empuja la sangre a través del orificio valvular.
Cavidades cardíacas
El corazón tiene cuatro cavidades: dos aurículas (cámaras superiores) y dos ventrículos (cámaras inferiores). La aurícula derecha recibe sangre desoxigenada y la envía al ventrículo derecho, que la bombea hacia la circulación pulmonar para oxigenación.
La aurícula izquierda recibe sangre oxigenada desde los pulmones y la transfiere al ventrículo izquierdo, la cámara más potente del corazón. Este ventrículo genera presiones suficientes (120 mmHg sistólica) para impulsar la sangre a través de todo el sistema arterial sistémico a través de la aorta.

Presión y hemodinámica en la sístole auricular
Durante la sístole auricular, la presión dentro de las cavidades auriculares aumenta bruscamente desde aproximadamente 5 mmHg hasta 8-10 mmHg en la aurícula izquierda, y desde 3 mmHg hasta 5-6 mmHg en la aurícula derecha.
Este incremento de presión se transmite al ventrículo, subiendo la presión ventricular final de diástole. En el ventrículo izquierdo, la presión puede aumentar desde 5 mmHg hasta 8-12 mmHg, generando un gradiente que ayuda al llenado final.
La curva de presión muestra tres ondas características. La onda «a» corresponde a la sístole auricular y representa el pico de presión más grande del ciclo auricular.
Importancia médica de la sístole auricular
La contribución de la sístole auricular al gasto cardíaco tiene implicaciones médicas profundas:
- Optimización del volumen sistólico: En personas sanas, la patada auricular aumenta el volumen de sangre disponible para eyección ventricular, mejorando la eficiencia del bombeo.
- Compensación en insuficiencia cardíaca: Pacientes con disfunción diastólica del ventrículo izquierdo dependen críticamente de la contracción auricular, que puede contribuir hasta 35-40% del llenado ventricular.
- Pérdida en fibrilación auricular: Cuando las aurículas entran en fibrilación, pierden su capacidad de contracción coordinada. Esta pérdida reduce el gasto cardíaco entre 20-30% en individuos sanos.
- Impacto en estenosis mitral: En pacientes con válvula mitral estrechada, la pérdida de la patada auricular puede ayudar al edema pulmonar y deterioro hemodinámico agudo.
- Importancia aumentada con la edad: En personas mayores, donde la compliance ventricular disminuye, la contribución auricular se vuelve progresivamente más crítica para mantener un gasto cardíaco adecuado.
Electrocardiograma y sístole auricular
La despolarización eléctrica que precede a la sístole auricular se registra en el electrocardiograma como la onda P. Esta onda normalmente tiene una amplitud inferior a 2.5 mm y una duración menor de 0.12 segundos.
El intervalo PR representa el tiempo desde el inicio de la despolarización auricular hasta el inicio de la despolarización ventricular. Este intervalo dura normalmente 0.12-0.20 segundos y refleja el retraso fisiológico en el nodo auriculoventricular.
La contracción auricular comienza aproximadamente 80 milisegundos después del inicio de la onda P y continúa brevemente después de que esta haya finalizado.
Patologías que afectan la sístole auricular
Diversas condiciones pueden comprometer la función auricular:
- Fibrilación auricular: La arritmia cardíaca más común, afectando aproximadamente 1% de la población menor de 60 años y más del 6% de personas mayores de 80 años. Las aurículas se contraen a frecuencias de 350-600 veces por minuto, eliminando la patada auricular efectiva. La pérdida del gasto cardíaco está entre 20-30%.
- Flutter auricular: Las aurículas se contraen rápidamente pero de manera organizada, a 250-350 latidos por minuto. Aunque existe cierta actividad mecánica auricular, su contribución al llenado ventricular se reduce bastante.
- Disfunción del nodo sinusal: Cuando el marcapasos natural falla, pueden aparecer pausas prolongadas o ritmos auriculares anormalmente lentos que comprometen la coordinación auriculoventricular.
- Estenosis mitral: El estrechamiento de la válvula mitral incrementa la dependencia del llenado ventricular respecto a la sístole auricular. La pérdida de esta fase puede reducir el área efectiva del orificio valvular hasta un 14%.
- Hipertrofia auricular: El engrosamiento de las paredes auriculares, secundario a hipertensión crónica o valvulopatías, altera la compliance auricular y puede comprometer la efectividad de la contracción.
Datos científicos y evidencia clínica
Investigaciones mediante cateterismo cardíaco demuestran que en individuos sanos en reposo, aproximadamente el 70-80% del llenado ventricular ocurre pasivamente, mientras que la contracción auricular aporta el 20-30% restante.
Durante taquicardia inducida por ejercicio, cuando el tiempo de diástole se acorta, la contribución pasiva disminuye al 40-50%, mientras que la sístole auricular puede aportar hasta el 40-50% del llenado total.
En pacientes post-infarto de miocardio, la dependencia aumenta bastante. La sístole auricular contribuye 35.1% al volumen sistólico en estos pacientes, comparado con 21.7% en controles sanos.
La pérdida de la patada auricular en fibrilación reduce el gasto cardíaco de manera variable. En ventrículos normales, la disminución es del 20-25%, pero en pacientes con disfunción diastólica severa, el impacto puede alcanzar reducciones del 30-40% en el volumen sistólico.
Y lo que te decimos siempre, en caso de dudas o malestar con tu corazón, acude a tu médico de cabecera, desde el Instituto Europeo de la Salud y el Bienestar Social te apoyamos, el sabrá mejor que nadie como ayudarte.
Fuentes:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK482421/
https://courses.lumenlearning.com/suny-ap2/chapter/cardiac-cycle/
https://en.wikipedia.org/wiki/Systole
https://jcmr-online.biomedcentral.com/articles/10.1186/1532-429X-12-S1-O91
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/3285783/
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Manuel de la Peña, M.D., Ph.D.
Director de la Cátedra del Corazón y Longevidad, Doctor “cum laude” en medicina, profesor de cardiología, escritor, académico, investigador y con experiencias de éxito en gestión.
