La depresión es un trastorno mental muy común en la sociedad actual. De hecho, España es el cuarto país con más casos de Europa por depresión. Este 13 de enero es el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, por lo que en este artículo vamos a tratar las cuestiones que más dudas generan entorno a ella.
¿Cuáles son sus síntomas? ¿Qué factores pueden ser desencadenantes? Sigue leyendo para descubrirlo todo.
¿Cuáles son las señales que indican que necesito ayuda?
Los síntomas principales de la depresión son “la tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima”, alteraciones en el sueño o en la alimentación, impresión de cansancio y dificultad para concentrarse (OMS, 2020).
En la depresión, es frecuente el obstáculo que supone el “solapamiento de síntomas, que dificulta el establecimiento de las características propias de cada cuadro clínico” (Agudelo, Buela-Casal y Spielberger, 2007). Por ejemplo, esto sucede muy a menudo con los trastornos de ansiedad y la depresión ya que, aunque están claramente definidos en los manuales, su diferenciación clínica no es tan evidente, por su “fuerte asociación entre ellos”.
Por este motivo, tomamos lo definido por Fernández-Berrocal, Extremera y Ramos-Díaz (2003) para diferenciar estos síntomas mencionados anteriormente en dos bloques diferentes:
- “Depresión endógena”: su causa principal son más los factores biológicos de la persona, que los situacionales de su entorno. Por tanto, en este tipo se incluye la pérdida de apetito e interés sexual, así como los trastornos del sueño.
- “Depresión por desesperanza”: es causada por una combinación de una personalidad más bien negativa y un acontecimiento negativo de vital importancia para esa persona. Por este motivo, se puede determinar que se origina como respuesta a “estresores ambientales”. En este subtipo de depresión se incluyen los síntomas de falta de energía y el desinterés o desgana por las cosas.
El sufrir depresión puede dificultar el desarrollo de la vida diaria, afectando al trabajo o en los estudios. De hecho, puede hacerse crónica y llegar a necesitar un tratamiento más fuerte. Si la depresión es leve, puede tratarse de la mano de un profesional y sin tener que tomar ningún medicamento. Pero cuando empieza a ser más grave es necesaria la ayuda de un profesional en salud mental y el consumo de fármacos (OMS).
¿Qué factores influyen en la aparición de la depresión?
Dio Bleichmar (1991) realizó un estudio sobre la depresión en la mujer, ya que en España afecta en mayor proporción a las mujeres que los hombres. Dentro de esta investigación, refleja que la etapa de mayor riesgo en sufrir depresión en las mujeres es entre los 35 y los 45 años y que la depresión va aumentando con la edad.
En el estudio, a la edad de 45 años se menciona que hay 180 mujeres con depresión cada 100 hombres. Sin embargo, conforme la edad va incrementando, estas cifras también lo hacen, llegando a ser incluso más del doble. A los 60 años se podían encontrar por cada 100 hombres a 420 mujeres depresivas. Esto puede estar influido por la forma de socialización masculina, es decir, los hombres “pueden sentirse inclinados a ocultar o minimizar su sufrimiento psicológico o imponerse barreras que les impidan identificar y comunicar emociones internas” y, con más motivo aún, no valorar esas manifestaciones como claros indicadores de un problema de su salud mental (Espinosa Muñoz, Orozco Ramírez e Ybarra Sagarduy, 2015).
Dio Bleichmar (1991) considera una serie de acontecimientos que se repiten en las mujeres y pueden ser “acontecimientos biográficos significativos para el desencadenamiento de una depresión”:
- El fallecimiento de la madre durante su infancia.
- Condiciones que hayan provocado situaciones en las que haya vivido marginación social, como puede ser un cambio de lugar de residencia o la migración.
- Mujeres que tengan dos o más niños pequeños a cargo suya y tengan sobrecarga de tareas.
Sin embargo, debido a la antigüedad del estudio, actualmente se conocen nuevos acontecimientos que pueden causar el desarrollo de una depresión. Algunos de ellos están relacionados con la menstruación, el embarazo o la menopausia ya que “están relacionados con cambios físicos y hormonales drásticos” (NIH, 2020). Estos podrían ser:
- Cambios en el trabajo o estilo de vida.
- Falta de apoyo familiar o social.
- Embarazo no deseado.
- Depresión perinatal.
- Depresión perimenopáusica.
La depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo
Según publicó el Colegio Oficial de Médicos de Navarra (2020), la depresión afecta aproximadamente a 300 millones de personas a nivel mundial y a unos 2 millones en España. Sin embargo, en Europa hay tres países que van por delante nuestra en cuanto a casos por depresión se refiere. Alemania suma más de 4 millones de afectados, seguida por Italia y Francia con 3 millones aproximadamente.
Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), de forma general, la depresión afecta más a las mujeres que a los hombres. Incluso la prevalencia es mayor en mujeres menores de 30 años o mayores de 55 y que se encuentran desempleadas, en situación de pobreza o que consumen algún tipo de droga, alcohol o tabaco. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que “la depresión es el desorden psicológico más importante entre los ancianos” (Quiroz y Flores, 2007).
Y es que la situación es preocupante. Tal y como apuntan los datos de la Encuesta Nacional de Salud realizada en España (Gobierno de España, 2018), en nuestro país casi un 11% de la población consume algún tipo de tranquilizante o pastilla para dormir. Además, alrededor del 5% toma antidepresivos o estimulantes y reconoce haber ido al psicólogo o psiquiatra en el último año.
Es importante destacar que la depresión es la causa principal en el mundo “de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad”. De hecho, puede llevar incluso al suicidio (Colegio Oficial de Médicos de Navarra, 2020).
En caso de detectar en usted o en alguien cercano alguno de los síntomas mencionados, acuda a su médico de cabecera o a un profesional en salud mental que le asesore según su caso concreto.
Fuentes:
Agudelo, D., Buela-Casal, G., y Spielberger, C. D. (2007). Ansiedad y depresión: el problema de la diferenciación a través de los síntomas. Salud mental, 30(2), 33-41.
Colegio Oficial de Médicos de Navarra (2020). España, cuarto país de Europa con más casos de depresión.
Dio Bleichmar, E. (1992). La depresión en la mujer. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría., 11(39), 283-289.
Espinosa Muñoz, M. C., Orozco Ramírez, L. A., e Ybarra Sagarduy, J. L. (2015). Síntomas de ansiedad, depresión y factores psicosociales en hombres que solicitan atención de salud en el primer nivel. Salud mental, 38(3), 201-208.
Fernández-Berrocal, P., Extremera, N., y Ramos-Díaz, N. (2003). Inteligencia emocional y depresión. Encuentros en psicología social, 1(5), 251-254.
Gobierno de España (2018). Encuesta Nacional de Salud. España 2017. Principales resultados.
NIH (2020). La depresión en las mujeres: 5 cosas que usted debe saber. Obtenido en https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/la-depresion-en-las-mujeres.
OMS (2020). Depresión. Obtenido en https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression.