Las bases del buen sueño

Hoy en día vivimos en una sociedad ajetreada y preocupada por los constantes cambios que se están produciendo en el mundo. El 19 de marzo es el Día Mundial del Sueño, por lo que hemos querido dedicar el artículo de esta semana a tratar de ayudar a nuestros lectores a mantener una buena calidad de sueño y evitar el cansancio.

¿Qué es el sueño?

Lo primero es empezar por definir qué es el sueño. “El sueño es un estado fisiológico natural del hombre, indispensable para mantener el correcto equilibrio físico y psíquico del individuo”. Sin embargo, no basta con simplemente dormir. Es necesario que la persona duerma la cantidad de horas necesarias para que este sueño restaure “la funcionalidad del organismo para poder afrontar una nueva vigilia” (Bonet, R. y Garrote, A., 2012). Por este motivo, mantener una buena calidad del sueño es tan importante como llevar una dieta saludable.

Las bases del sueñoEl Instituto del Sueño (2020) manifiesta que la media diaria de horas de sueño es unas siete y media. Sin embargo, esto puede variar de una persona a otra. Bonet, R. y Garrote, A. (2012) señalan que puede variar tanto que pueden darse casos en los que sea de 4 hasta 12 horas. Asimismo, estos valores no van a ser los mismos para toda la vida, ya que la edad es un factor determinante.

De hecho, existen más factores que influencian la calidad del sueño. Por ejemplo, el ritmo cardíaco, factores del organismo, conductuales (hábitos del individuo), la ingesta de sustancias (pueden favorecer o dificultar el sueño y factores ambientales (estar en un entorno conocido, la iluminación…) (Bonet, R. y Garrote, A., 2012).

Además de esto, existen determinadas personas que están en un estado constante de ansiedad que les dificulta poder concebir el sueño. Estas son las que tienen “mayor tendencia a la preocupación, con tendencia pesimista, perfeccionistas y exigentes…”, en definitiva, aquellas que necesitan tenerlo todo bajo control (Instituto del Sueño, 2020).

Cansancio en la sociedad actual

Byung-Chul Han, en su libro “La sociedad del cansancio”, señala que el derroche de positividad provoca un exceso de estímulos, información e impulsos que lleva a una modificación de nuestra economía de la atención y que, por tanto, nos permite realizar más de una tarea al mismo tiempo, lo que se denomina multitasking. Esto, unido a la gran cantidad de incentivos que tenemos para estar entretenidos en todo momento, puede llevar a un cansancio, ya no solo físico, sino también mental.

Las bases del sueñoEl cansancio es normalmente sufrido por las mujeres en mayor cantidad que los hombres. Puede ser debido a que, aunque cada vez menos, aún son las que sufren el mayor peso de las cargas del hogar y la familia, como menciona el doctor Fernández-Solà. Existen diferentes tipos de cansancio según varios autores (Fernández-Solà, Yéssika Gamboa et al., Ramos Campos et al.):

  • Cansancio físico: es el que se sufre al hacer ejercicio o cualquier esfuerzo físico de otro tipo. Este tipo de cansancio es normal y transitorio.
  • Cansancio profesional: según estos autores es una “respuesta al estrés laboral crónico”. Se llega a sufrir cansancio por las peticiones excesivas durante un tiempo prolongado. Aunque por su nombre puede parecer que solamente se sufre por el trabajo, no es así, también puede producirse por exigencias familiares, de amigos o por procesos de adaptación a una situación determinada. Las personas más propensas a padecerlo son los que tienen una personalidad más sensible y que, por ende, se preocupen más por los demás, así como las personas perfeccionistas.
  • Cansancio emocional: “provoca en uno mismo reacciones de distanciamiento emocional y cognitivo” como forma de afrontar su sobrecarga de sentimientos. De hecho, se realizó un estudio en la Universidad de León, el cual mostró que los estudiantes que estaban satisfechos con sus estudios tenían menor cansancio emocional, por lo que también está relacionado con el nivel de estrés que presentan los individuos.

Consejos para un buen descanso

El Instituto del Sueño da alguno de los consejos para mantener una buena rutina de sueño:

  • Las bases del sueñoEs importante establecer unas horas concretas para ir a dormir y despertarse. Aunque no debería causar una obsesión la hora a la que nos durmamos, unos días puede ser antes y otros después. De hecho, el irnos a dormir tarde no tiene por qué ser perjudicial, siempre que podamos mantener ese ritmo de sueño estable.
  • Las horas recomendadas varían según la edad. Cuanto más jóvenes somos necesitamos dormir más horas que cuando somos más mayores. De hecho, si comparamos lo recomendado en niños de 0 a 3 meses (14-17 horas al día), con lo recomendado en adultos mayores de 65 años (7-8 horas al día) la diferencia es casi del doble.
  • No está de más eliminar las siestas a lo largo del día, de esta manera llegaremos con más ganas por la noche a la cama y nos costará menos trabajo conciliar el sueño.
  • Si después de unos 10 minutos no se puede conciliar el sueño, lo mejor es levantarse y volver solo cuando se tenga sueño. Esto se debe a que pasar tiempo despierto en la cama puede causar que nos pongamos nerviosos y nos active mentalmente.
  • Es esencial delimitar la ingesta de alcohol y tabaco puesto que se asocian con una mayor prevalencia a sufrir apnea del sueño.

 

 

Fuentes:

Bonet, R. y Garrote, A., (2012): Higiene del sueño: la importancia de un buen descanso.

Byung-Chul Han (2012): La sociedad del cansancio.

Fernández Solà, J. (2003): Sobrevivir al cansancio. Una aproximación al síndrome de fatiga crónica2.

Instituto del Sueño (2020): Insomnio.

Yéssika Gamboa, et al. (2008): El síndrome de cansancio profesional.

Ramos Campos, F., et al (2005): Escala de cansancio emocional (ECE) para estudiantes universitarios: propiedades psicométricas y asociación.

Director de la Cátedra del Corazón y Longevidad, Doctor “cum laude” en medicina, profesor de cardiología, escritor, académico, investigador y con experiencias de éxito en gestión.

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