10 hábitos cardiosaludables

Estoy plenamente convencido de que «todos nuestros sueños pueden hacerse realidad si tenemos el coraje de perseguirlos», como afirmaba categóricamente Walt Disney. Suele decirse que un gramo de prevención es mejor que un kilo de medicina. En este sentido, resulta pertinente recordar la advertencia de Tácito: «cuando gozamos de salud, fácilmente damos buenos consejos a los enfermos». Para tener una vida sana y cuidar nuestro corazón, basta con modificar algunos aspectos de nuestra rutina diaria para convertirlos en hábitos cardiosaludables y convencernos de que, prevenir hoy, supone disfrutar mañana de una buena salud. En la estela de Séneca, para quien «parte de la curación está en la voluntad de sanar», ofrezco a continuación 10 hábitos cardiosaludables que incorporar en el día a día.

1. Alimentarse bien

Ya lo advertía Molière: «hay que comer para vivir, y no vivir para comer». Uno de los hábitos cardiosaludables es consumir una dieta equilibrada y variada, con disminución de la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans y colesterol, a la vez que conviene evitar los alimentos sometidos a procesos industriales y aumentar el consumo de aceite de oliva y todo tipo de pescados, carnes magras y alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres y cereales. La dieta sana, con productos naturales y orgánicos, es uno de los secretos de la eterna juventud. Asimismo, es muy importante beber al menos 1,5 litros de agua al día y disminuir el consumo de alimentos ricos en sal y azúcar, pues ambos son perjudiciales para el sistema cardiovascular.

2. Vigilar el peso

Según Doug Larson, «la esperanza de vida aumentaría a pasos agigantados si los vegetales olieran tan bien como el tocino». Sin duda, es esencial mantener un control periódico del peso para mantenerse en forma. Para ello, es necesario controlar y restringir la ingesta de calorías, ya que el sobrepeso/obesidad predispone a sufrir diabetes e hipertensión. En definitiva, como decía Gregorio Marañón, «el hombre deber ser esclavo de la acción si quiere vivir».

3. Moderar el consumo de alcohol

Plutarco insistía en que «quien tiene muchos vicios, tiene muchos amos». Así pues, el consumo de alcohol ha de ser moderado. Beber una o dos copas de vino al día puede resultar beneficioso. En cambio, el abuso de bebidas alcohólicas puede aumentar la presión arterial y generar arritmias cardíacas.

4. Evitar el tabaco y las drogas

Otro de los hábitos cardiosaludables tiene que ver con el tabaquismo, pues es un hábito insano y, como ya advertía Confucio, «los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos». Debo recomendar la eliminación radical del tabaco, que contiene 5.000 sustancias tóxicas y cuyo consumo está directamente relacionado con un aumento del riesgo de padecer infarto e ictus, máxime si se encuentra ligado a otro tipo de factores de riesgo como la hipertensión o el sobrepeso. Utilizar un parche de nicotina pegado en el brazo durante 1 o 2 meses es de gran ayuda para abandonar el hábito. También hay que evitar la condición de fumador pasivo. Por otra parte, quiero recordar lo disparatado que para la salud resulta el consumo de cocaína, crack o drogas de diseño, causantes de importantes arritmias y, en ocasiones, de muerte súbita.

5. Realizar ejercicio físico

John F. Kennedy10 hábitos cardiosaludables afirmaba que «la salud física no es solo una de las más importantes claves para un cuerpo saludable, sino el fundamento de la actividad intelectual creativa y dinámica». No lo dudes, intenta realizar ejercicio físico de forma regular. Recuerda que cada músculo del cuerpo trabaja mejor cuando se hace ejercicio de forma habitual y el corazón también es un músculo que necesita ejercitarse. Las personas que realizan ejercicio regular tienen menor riesgo de sufrir dolencias cardíacas y mayor posibilidad de sobrevivir a un infarto de miocardio. Caminar y pasear es muy recomendable. A quien le parezca aburrido podría apuntarse a una escuela de baile (salsa, danza, rock, tango, flamenco, etc.). Seguro que tu estado de ánimo mejorará.

6. Dormir y descansar

Ya sé que estás pensando que el «tiempo es oro», pero recuerda que «la salud es un tesoro» y solo alcanza su máximo valor cuando se pierde. No lo dudes, para gozar de buena salud se necesita descanso. Un sueño reparador y de calidad permite recuperarse de la fatiga física y psíquica acumulada durante el día y reestructura las funciones vitales. Para ello, conviene cenar temprano, ligero, y evitar los excitantes. Si practicas ejercicio físico, dormirás mucho mejor. Asimismo, deberías saber si padeces apnea del sueño y aprender a gestionarla. Cuando te recojas y vayas a descansar, piensa que el mejor antídoto del odio es el perdón. En estas situaciones, acuérdate de la frase de Mario Benedetti, poeta uruguayo: «el perdón es un puñado de sentimientos que a veces nos acaricia cuando el alma llora».

7. Evitar el estrés crónico y los conflictos emocionales

Gregorio Marañón argumentaba que «la capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual». El estrés continuado y las situaciones de ansiedad influyen negativamente en el corazón y pueden desencadenar hipertensión y arritmias. Es importante aprender a relajarse y tomarse la vida con una filosofía positiva. Además, se han de evitar en situaciones de conflicto permanente. Siempre es preferible un mal acuerdo que un buen conflicto.

Relajarse, orar y meditar ayuda a eliminar tensiones, mejora el estado de ánimo y contribuye a reducir los fallos de memoria. Por otra parte, es esencial aprender a respirar adecuadamente y, en este sentido, técnicas como el yoga, Pilates o el tai-chi son muy eficaces. Si todavía tienes alguna duda, debes pensar y reflexionar sobre la frase de Gandhi: «la enfermedad es el resultado no solo de nuestros actos, sino también de nuestros pensamientos».

8. Llevar una vida sexual satisfactoria

El mejor afrodisíaco es el apetito de un cuerpo lleno de sueños. Como decía Thomas Jefferson, «los momentos más felices que mi corazón conoce son aquellos en que derrama su afecto sobre unas cuantas personas estimadas». En este sentido, debemos recordar que la vida sexual óptima estimula la secreción de endorfinas, las llamadas «hormonas de la felicidad», que nos hacen sentirnos tranquilos, satisfechos y felices. Todo ello es fundamental para una vida sana.

9. Controlar la presión arterial

10 hábitos cardiosaludablesParafraseando a Washington Irving, «el corazón es una fuente de alegría que regala sonrisas a todo lo que hay en sus proximidades». No obstante, tiene un gran enemigo silencioso: la hipertensión arterial, cuyo origen, causa o etiología se desconoce en el 90-95% de los casos (idiopática). Se sabe que existe una fuerte influencia hereditaria. Las cifras de presión arterial no deben ser superiores a 130/80 mmHg, ya que elevaciones sostenidas pueden desencadenar ictus, arritmias e infarto de miocardio.

Algunos cambios en el estilo de vida que reducen la presión arterial son: reducción de peso, restricción del consumo de sal, moderación del alcohol, aumento de la actividad física e incremento del consumo de frutas y verduras.

10. Someterse a un cardiocheck anual

Tales de Mileto decía que «la felicidad del cuerpo se funda en la salud; la del entendimiento, en el saber». Nada mejor, entonces, que conocer tu situación clínica a través de un ECG, ECO y una prueba de esfuerzo. También es posible someterse a un angio-TAC coronario, que es una prueba de imagen que permite conocer el grado de obstrucción de las arterias coronarias, que es el origen del infarto o la angina. Las revisiones cardiológicas periódicas son importantes sobre todo a partir de los 40 años, máxime en casos con antecedentes familiares de riesgo cardiovascular, o si se practican deportes que requieren gran esfuerzo. Sin duda, «el éxito comienza con un pensamiento positivo», en palabras de Christiaan Barnard.

Conclusión: descifrando el enigma

Estos han sido los 10 hábitos cardiosaludables que recomiendo. Por otro lado, como el cielo puede esperar, finalizo con una cita de Pitágoras: «una bella ancianidad es la recompensa de una bella vida».

Manuel de la Peña, M.D., Ph.D.

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Director de la Cátedra del Corazón y Longevidad, Doctor “cum laude” en medicina, profesor de cardiología, escritor, académico, investigador y con experiencias de éxito en gestión.

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