La anemia es más común de lo que uno piensa, ya que, en todo el mundo, afecta a más de 1600 millones de personas. Esto supone casi el 25% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud. En este artículo se explica qué es y las posibles consecuencias de la anemia.
¿Qué es la anemia?
La conocida anemia es definida como una disminución de la concentración de la hemoglobina, la proteína que se encarga de transportar el oxígeno a los tejidos. Es decir, es una concentración de glóbulos rojos considerada más baja de lo normal para una edad, raza, sexo, tabaquismo y altura sobre el nivel del mar concretos.
Esta afección en todo el mundo afecta sobre todo a niños hasta los 3 años (293 millones de personas) y a quienes menos afecta es a ancianos (164 millones), aunque esta cifra ha ido aumentando con los años. Sin embargo, el grupo de población con mayor cantidad de afectados “es el de las mujeres no embarazadas”, unos 470 millones de personas (OMS). Esto se debe a que las mujeres que no están embarazadas tienen la menstruación, la cual implica pérdidas crónicas de sangre.
La más común es la anemia por falta de hierro, pero también se puede dar por otras carencias nutricionales, enfermedades hereditarias e inflamaciones agudas o crónicas. Esta primera es la primera causa de anemia mundialmente.
¿En qué afecta la anemia?
Las principales consecuencias, en el caso de la dada por deficiencia de hierro es: una menor capacidad para realizar esfuerzos físicos, ya que disminuye la “actividad motora espontánea”; alteraciones del tubo digestivo; riesgo mayor de que se produzca un parto prematuro; que el bebé nazca con un peso bajo; una “menor transferencia de hierro al feto”, lo que puede provocar un retraso en la velocidad del crecimiento (Olivares y Walter) …
Se ha de ser precavido, sobre todo con los ancianos o adultos en edad avanzada, ya que la anemia se puede confundir con problemas que surgen con la edad al ser unos síntomas comunes a otras afecciones. Este sería el caso de la fatiga o la debilidad para realizar ciertos esfuerzos, ya mencionada anteriormente. Normalmente, en esas edades suelen sufrir alguna enfermedad que hace que se agrave, como podrían ser problemas del corazón o vértigo, por ejemplo.
En el caso de los niños, la mayoría de casos suelen ser asintomáticos, por lo que su diagnóstico frecuentemente está relacionado con la sospecha del médico en cuestión. Normalmente su diagnóstico se obtiene al analizar la historia clínica y algunos sencillos exámenes complementarios. De hecho, la anemia más común en niños es la dada por la ausencia de la cantidad necesaria de hierro en su organismo.
Para prevenir la anemia por falta de hierro lo ideal es mantener una dieta adecuada. Se recomienda realizar cambios en los hábitos alimenticios, consumir alimentos ricos en este mineral, como por ejemplo en las carnes rojas, mariscos o legumbres y tomar suplementos que lo contengan.
Fuentes:
Olivares, M. y Walter, T. (2004): Causas y consecuencias de la deficiencia de hierro.
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