“La asimetría social en las relaciones entre mujeres y hombres favorece la violencia de género. Es necesario abordar la verdadera causa del problema: su naturaleza ideológica.”
Los actos violentos se clasifican comúnmente en físicos, sexuales o psicológicos. La privación y la negligencia pueden considerarse formas de abuso psicológico. Sin embargo, estas diferentes formas a menudo interactúan entre sí y forman un patrón complejo de comportamiento en el que la violencia psicológica se combina con el abuso físico y/o sexual en algunos entornos.