Cada invierno, millones de personas sufren de gripe estacional. La gripe, el nombre corto de influenza, es causada por virus. Los virus son gérmenes muy pequeños. Algunos virus pueden propagarse fácilmente de una persona a otra causando enfermedades o infecciones como la gripe.
La gripe es una enfermedad leve para algunas personas. Sin embargo, para los mayores o niños, especialmente aquellos que tienen problemas de salud como diabetes o enfermedades cardíacas, la gripe puede ser muy grave e incluso potencialmente mortal.
La mayoría de las personas que contraen gripe se sienten mucho mejor en una o dos semanas, pero algunas personas pueden enfermar mucho. Por ejemplo, debido a que tu cuerpo está ocupado luchando contra la gripe, podrías contraer una segunda infección. Las personas mayores tienen un gran riesgo de contraer estas infecciones secundarias, como la neumonía.
La gripe es contagiosa, eso significa que se propaga de persona a persona, a menudo por el aire. Puedes transmitir la infección antes de sentirte enfermo y sigue siendo contagioso durante varios días después de enfermarte. Puedes contraer la gripe cuando alguien cerca de usted tose o estornuda, o si toca algo contaminado con el virus, como el teléfono o el pomo de la puerta, las barras del metro, y luego se toca la nariz o la boca. El virus de la gripe puede vivir en una superficie como un libro o pomo durante varias horas. Recuerde lavarse las manos con frecuencia cuando esté cerca de alguien que esté enfermo, principalmente antes de comer o tocarse los ojos, la nariz o la boca. Si puedes, mantente alejado de las personas enfermas, ya que eso ayudará a detener la propagación de la gripe.
Si los síntomas perduran durante mucho tiempo, has de visitar a tu médico y seguir estas recomendaciones:
• No tomar antibióticos
• Beber mucho líquido.
• Evitar cambios bruscos de temperatura
• Realizar lavados nasales
• Descansar y alimentarte correctamente
Si, además de los síntomas comunes sufres cualquiera de los síntomas mostrados a seguir, consulta tu médico:
- La fiebre desaparece y luego regresa.
- Comienzas a tener problemas respiratorios o cardíacos u otros problemas de salud graves.
- Tiene tos que comienza a producir un flujo espeso
Pero, ¿gripe o resfriado?
Es fácil confundir un resfriado común con gripe estacional. Un resfriado es más leve que la gripe, pero como la gripe puede enfermar gravemente a las personas mayores, debes saber la diferencia. De esa manera, sabrás cuándo llamar al médico, quien puede querer recetar algún medicamento que pueda ayudarte a superar la gripe. Las personas con gripe pueden tener fiebre, escalofríos, tos seca, molestias y dolores generales y dolor de cabeza. Se sienten muy cansados. Dolor de garganta, estornudos, nariz tapada o problemas estomacales son menos comunes. Es importante destacar que lo que algunas personas llaman “gripe estomacal” no es influenza. La siguiente infografía de Kern Pharma nos muestra una comparativa para poder diferenciarlas y saber cómo tratarlas.
¿Se puede prevenir?
Vacunarse contra la gripe todos los años puede ayudarte a mantenerte saludable. Existen vacunas especiales contra la gripe diseñadas específicamente para personas mayores de 65 años. Esas vacunas están incluidas en la Seguridad Social, y también están cubiertas por muchos planes privados. Una vacuna contra la gripe no mantendrá a todos saludables, pero recibir la vacuna todos los años puede significar que, si contraes la gripe, solo tengas un caso leve.
Durante el invierno la mejor solución contra la gripe es la prevención de la enfermedad. Aquí tienes algunos consejos para evitar la gripe:
- Evitar el contacto con las personas afectadas al menos durante los 2-4 primeros días del proceso.
- Tapar boca y nariz al toser o estornudar.
- Lavarse las manos con frecuencia y utilizar pañuelos desechables.
- Evitar situaciones de aglomeración de gente en lugares cerrados.
- No fumar.
- Seguir una dieta sana y equilibrada rica en frutas y verduras que proporcione un aporte vitamínico y mineral completo.
- Protegerse del frío y de los cambios de temperatura.
- Beber líquidos en abundancia (zumos de frutas, infusiones, agua, caldos, etc.) que ayudarán a fluidificar las secreciones respiratorias.
- La humidificación ambiental y la inhalación de vapor es fundamental para mantener la humedad en las vías respiratorias y aumentar la fluidez de la mucosidad.
- La instilación de suero fisiológico o agua de mar en las fosas nasales o el uso del aspirador nasal ayuda a eliminar la congestión (especialmente útil en niños pequeños).
- Reposar con la cabeza más elevada que el resto del cuerpo.
- En el caso de fiebre es aconsejable el reposo en cama en una habitación fresca y no muy seca, con ropa ligera, y la ingestión abundante de líquidos.
- Administración de fármacos recetados por el médico que alivien la sintomatología.