Cada 8 de julio se celebra el Día Mundial de la Alergia, cuyo objetivo no es otro que tratar de concienciar la importancia de la prevención de las enfermedades causadas por las alergias. Además, en este día se busca promover tratamientos efectivos que mejoren la calidad de vida de quienes las padecen. Y tú, ¿realmente sabes todo lo necesario sobre ellas? En este artículo te damos las claves para dominarlas.
¿Cómo aparecen las alergias?
Primero deberemos definir qué son las alergias. Una alergia es una reacción exacerbada del sistema inmunitario ante determinados agentes externos que para otras personas resultan inofensivas. Cuando hablamos de las alergias alimentarias, la mayoría de desarrollan en los dos primeros años de vida. Y cabe señalar, que los alimentos que más se suelen dar son el pescado, el huevo y la leche (Medina, 2019).
La pregunta ahora sería, ¿por qué se desarrollan las alergias? Esta reacción se produce por “la activación del sistema inmune, que ataca al agente patógeno generando inflamación como respuesta normal de defensa” (Álvarez y Suárez, 2017). En el caso de algunos alimentos, es porque contienen proteínas capaces de activar las moléculas o células del sistema inmune y esto hace que se desencadenen los síntomas de la alergia. Además, al alterar la estructura de la microbiota con antiinflamatorio o antibióticos, esto “puede aumentar la permeabilidad a sustancias como los alérgenos”, lo que puede agravar o desencadenar una alergia (Villalba, 2021).
Dentro de las consecuencias que puede provocar una alergia, la más grave es la anafilaxia. Esta “es un cuadro clínico potencialmente mortal, infradiagnosticado” (Rubio, et al., 2003). La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP, 2021) menciona dos ocasiones en las que se habla de anafilaxia alérgica:
- Por un lado, cuando aparecen bruscamente síntomas (leves o graves) de alergia en dos o más áreas del cuerpo: “bronquios, laringe, nariz y ojos, piel, aparato digestivo, aparato circulatorio”.
- Por otro lado, cuando se tienen síntomas bruscos y graves por contacto con un alérgeno, “que hacen que caiga la tensión arterial” y, en definitiva, se sufra un shock anafiláctico.
Tipos de alergias
A nivel mundial, la más común es la rinitis alérgica (Álvarez y Suárez, 2017), que junto con el asma abarcan “más del 50% de las enfermedades alérgicas y afectan a un 10-30% de la población” (Parra, 2020). Y, en referencia a las alergias más raras, existen la alergia al sol, al agua, al sudor, al semen, la electrosensibilidad (“provocada por móviles, microondas, ordenadores…”) o a las vibraciones (como las que “producen el movimiento de un barco o un coche”) (Bustos, 2020).
En cuanto a la clasificación de los tipos de alergias que existen, las más comunes son:
- Alergias alimentarias. Son aquellas reacciones adversas producidas por la ingesta de un alimento determinado y se pueden clasificar como alergia o intolerancia alimentaria. Los síntomas son muy variados, “desde leves urticarias hasta el temido shock anafiláctico”. Y los principales alimentos que la causan son: el huevo, la soja, los frutos secos, el marisco, el pescado, la leche, el trigo y frutas (Molinas, Ardusso y Crisci, 2004). Cabe destacar que, en la actualidad, la cantidad de población con alguna alergia alimentaria en todo el mundo es más alta que nunca (Jones, 2020).
- Alergias a medicamentos. Casi un 20% de las personas tratadas en ambulatorios son por reacciones alérgicas a determinados fármacos y de estas, un 5% llegan a requerir hospitalización. Las reacciones a medicamentos se pueden dividir en (Serrano Reyes, 2009):
- “Inespecíficas”: son aquellas cuyos síntomas no son claros, como malestar general, dolores de cabeza, mareos…
- “Dependientes de sus mecanismos de acción de los fármacos”: los síntomas son esperables y se encuentran bien definidos.
- “Idiosincrásicas”: estas reacciones no se pueden explicar por el mecanismo de acción del fármaco ni porque exista la presencia de una alergia. Es decir, es una reacción “inesperada y exagerada”.
- “Alérgicas”: solamente un 10% de las alergias producidas por los fármacos son por “hipersensibilidad (alergia).
- Dermatitis atópica. En reglas generales, es una enfermedad más bien propia de la infancia, ya que su intensidad y prevalencia disminuyen con la edad. “Es una enfermedad cutánea inflamatoria”, es decir, es una respuesta exagerada del cuerpo frente a determinadas sustancias (Cabanillas-Becerra y Sánchez-Saldaña, 2012).
Prevención de la alergia
En el estudio llevado a cabo por Romero-Tapia, S. J. (2002) destaca dos tipos de factores ambientales que ayudan tanto a prevenir como a desencadenar las alergias:
- “Factores ambientales protectores”: durante el embarazo es importante mantener una dieta saludable y durante los primeros meses tras el nacimiento del bebé es recomendable la leche materna. Evitar el tabaco, los gases contaminantes, las “infecciones virales” y tener acceso a servicios médicos de calidad.
- “Factores ambientales desencadenantes”: exposición al tabaco, ya sea durante la infancia, la lactancia o prenatal; exposición a hongos, contaminantes atmosféricos, dieta poco saludable, factores relacionados con el clima… Cabe destacar que este autor hace mención a la importancia de la estación del año en la que nace la persona. Lo justifica señalando que la prevalencia incrementa en la “sensibilización a alimentos y ácaros en niños nacidos en septiembre a febrero” y una “mayor sensibilización a diferentes pólenes en niños nacidos en primavera”.
Las alergias generan padecimientos crónicos que condicionan la salud de la persona y su familia. Por este motivo, es importante la prevención y el aumento de las atenciones médicas.
No te pierdas nuestras jornadas “Hablemos de alergia” con cinco expertos en la materia para resolver las principales dudas que surgen entorno a este tema.
Fuentes:
Álvarez, C. G., y Suárez, D. D. (2017). Factores desencadenantes de alergias respiratorias (Bachelor’s thesis). Universidad Estatal de Milagro. Facultad de Ciencias de la Salud.
Bustos, M. (2020). Alergias raras y poco frecuentes. Centro del Alérgico.
Cabanillas-Becerra, J. J., y Sánchez-Saldaña, L. (2012). Dermatitis atópica. Dermatol Perú, 22(3), 177.
Jones, M. (2020). Por qué están aumentando las alergias alimentarias. BBC News.
Molinas, J., Ardusso, L., y Crisci, C. (2004). Alergia alimentaria. Invenio, 7(12), 133-141.
Medina, A. A. (2019). Alergia Alimentaria en la Infancia. Recomendaciones para Prevenir, Diagnosticar y Tratar. Revista Infancia y Salud, 1(3).
Romero-Tapia, S. J. (2002). Prevención de alergia y asma. Secretaría de Salud del Estado de Tabasco, 8(2), 83-86.
Rubio, C. et al. (2003). Anafilaxia. Anales del Sistema Sanitario de Navarra. Vol. 26. Supl. 2. Pamplona.
SEICAP (2021). Anafilaxia. Asma y otras enfermedades alérgicas. Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica.
Serrano Reyes, C. D. (2009). Alergia a medicamentos.
Parra, A. (2020). Evaluación comparativa de dos métodos de diagnóstico para la determinación de la alergia respiratoria. Universitat Politècnica de València. Departamento de Biotecnología. Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural.
Villalba, M. T. (2021). Por qué desarrollamos alergias y por qué algunas desaparecen solas. BBC News.