Rayos X: De hallazgo científico a fenómeno cultural

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Descubrimiento de los Rayos X

En diciembre de 1895, el científico Wilhelm Conrad Roentgen envío un manuscrito a la Sociedad Físico-Médica de Würzburg en el que declaraba su reciente hallazgo: los rayos X.

La comunidad científica, escéptica al principio, no tardó en ver las importancia de las pruebas que Roentgen aportó, siendo estas, las primeras radiografías. Sin embargo, el reconocimiento llegaría en Berlín, tras ser presentados sus hallazgos en la celebración del 50 aniversario de la Sociedad Física Alemana.

Durante el siguiente enero, Roentgen y Franz Exner, profesor en la Universidad de Viena, publicaron un artículo divulgativo explicando el descubrimiento y describiendo la naturaleza de las imágenes conseguidas y la, hasta ese momento, increíble posibilidad de ver los huesos a través de la carne gracias a los rayos X. En el artículo se especulaba sobre las posibles aplicaciones médicas de este hallazgo y la posibilidad de realizar diagnósticos de huesos rotos u objetos extraños en el organismo sin recurrir a métodos invasivos, pronosticando así, el futuro de la radiología.

Durante todo 1896 el interés de la comunidad científica se hizo visible en la publicación de más de un millar de estudios, informes y ensayos que debatían sobre la naturaleza de los rayos X, posible existencia en la radiación solar y aplicaciones en la cirugía. De forma paralela, los primeros indicios de las consecuencias negativas de la exposición avanzada a la radiación estaban empezando a verse. Sin embargo, el gran hallazgo no solo captó la atención la comunidad científica.

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Recepción social

Pocas veces en la historia de la ciencia un nuevo descubrimiento ha sido recibido con tanto interés público. No solo la gente común quedó fascinada con el hallazgo, sino que las altas esferas de la sociedad civil y personalidades de la realeza tomaron parte en el uso de los rayos X de forma recreativa. Figuras como el Zar Nicolás II, el Emperador Guillermo II de Alemania y la Reina Amelia de Portugal, quien utilizó los rayos X en sus damas de compañía para mostrar los efectos perjudiciales de los corsés.

El entusiasmo generado alrededor de los rayos X abrió la puerta la monetización de estos en ámbitos populares. Uno de los pioneros en la capitalización de este fenómeno fue Thomas Edison. El científico americano realizó una presentación en la Exposición de Luz Eléctrica en Nueva York del descubrimiento de Roentgen, a quien se refería como un “científico puro” que “no podría ganar ni un dólar de sus propios descubrimientos”.

En la demostración pública se invitaba a los asistentes a mirar dentro de sus propios cuerpos y, mientras que algunos lo recibían con miedo o rechazo, otros se maravillaban con esta nueva tecnología. A raíz de esto, se inició una ola de espectáculos por todo el país con los rayos X como objeto de admiración, creando titulares como el de una madre que “quiso averiguar si su hijo se había tragado un penique”.

La fiebre de los rayos X se estaba extendiendo por todo el mundo y el uso comercial de la tecnología de rayos X oscureció los efectos negativos de la exposición a los rayos X que empezaron a hacerse cada vez más visibles. Esto llego a tal punto, que el propio Edison tuvo que cancelar sus espectáculos tras la muerte en 1904 de su ayudante, Clarence Dally, debido a las quemaduras producidas por los rayos X.

Poco después, numerosos mitos surgieron entre la población sobre las capacidades de los rayos X y su uso para la invasión de la intimidad. Muchas compañías ofrecían “gafas de rayos X” como un producto a disposición del consumidor, lo que provocó preocupación social por la seguridad del derecho a la privacidad. De hecho, una empresa en Londres anunció ropa interior “a prueba de rayos X” en 1896 para responder a esta creciente preocupación.

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Impacto en la cultura pop

No fueron pocos los charlatanes que se valieron del misterio generado alrededor de esta tecnología para sacar provecho de la ignorancia generalizada. Dando lugar a prácticas fraudulentas como sesiones de espiritismo, supuestas formas de manipular la mente humana y hasta alquimia.

Casi con certeza se puede afirmar que este no era el futuro que pronosticó Roentgen para su descubrimiento. Sin embargo, las repercusiones para la conciencia colectiva en lo referente a los rayos X no paró aquí. La presencia de esta tecnología en la cultura mediática se prolongó durante décadas, dejando huellas en la cultura pop y la actividad comercial.

Este es el caso de los “fluoroscopios”, maquinas que se podían encontrar en tiendas de zapatos para permitir a los consumidores ver lo bien (o mal) que se ajustaba su pie al zapato que se estaban probando. Bajo el lema “ver es más fiable que sentir”, muchas zapaterías invitaban a los compradores a probarse los zapatos que estos vendían.

Esta fascinación iba acompañada por la ignorancia generalizada sobre la naturaleza de los rayos X y el hecho de que pudiesen encontrarse en numerosos fenómenos naturales, como en la radiación solar que penetraba la atmósfera.

A principios del siglo XX gran parte de la población creía que, gracias al uso de rayos X, se podían detectar pensamientos humanos. De esta forma, en 1909 se fundó en la Universidad Sorbona de París: un comité para la fotografía de fuerzas invisibles. Mientras que, en las fiestas de la alta sociedad, se utilizaban formas de fluorescencia como forma de entretenimiento, haciendo brillar objetos o viendo a través de los asistentes.

No fue mucho después cuando términos como la “visión de rayos X” se acuñaron en el mundo de los cómics de superhéroes, como en Superman, o en el cine, como en las películas de James Bond. Por otro lado, en los dibujos animados el fenómeno de los rayos X también fue ampliamente referenciado durante las siguientes décadas.

Cambio de paradigma

Antes del descubrimiento de los rayos X, la falta de técnicas de calidad no invasivas para la evaluación clínica limitaban enormemente la habilidad de los expertos para explorar el cuerpo humano y la capacidad de aprendizaje sobre este para futuros avances en el ámbito de la medicina y la evaluación pericial en enfermedades o accidentes de carácter medicolegal.

El impacto de la tecnología de rayos X en la práctica médica es más que visible a día de hoy. La utilización de las radiografías como método de diagnóstico en traumatología y otras disciplinas cambió por completo el paradigma de la medicina y las metodologías que hasta ese momento se utilizaban.

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Director de la Cátedra del Corazón y Longevidad, Doctor “cum laude” en medicina, profesor de cardiología, escritor, académico, investigador y con experiencias de éxito en gestión.

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