El chocolate es ese pequeño capricho para algunos y ese placer sin el que otros no pueden vivir. Afrodisíaco, antidepresivo, adictivo… todo esto y más se dice sobre el chocolate. Pero, ¿es realmente tan saludable como afirman? Sigue leyendo para descubrirlo.
¿Qué contiene el chocolate?
El chocolate es un dulce originario de México. Una leyenda azteca dice que el dios Quetzalcóatl regaló el árbol del cacao a los hombres, por lo que se bautizó como Theobroma Cacao, que en griego significa “alimento de los dioses” (Amaya y Pabón, 2017). Sin embargo, los investigadores creen que el chocolate fue descubierto accidentalmente cuando los indígenas utilizaban las vainas de cacao para producir cerveza y aprendieron a su vez a utilizar los desechos que se creaban en el proceso.
El árbol del cacao contiene unas semillas que una vez son “tostadas, molidas y mezcladas con azúcar” forman el chocolate (Gutiérrez, 2002). El cacao por sí solo tiene un sabor amargo por lo que “le añaden leche, grasas y azúcares” (Arribas, 2019) para hacerlo más apetecible. Siendo precisamente la agregación de estos ingredientes, junto con su proceso de elaboración, lo que “hace que en el chocolate se pierdan muchos de los beneficios que originalmente presenta el cacao y aparezcan otros efectos nocivos” (Arrivas, 2019).
En cambio, los chocolates que tienen más de un 70% de cacao puro, pueden conservar los beneficios que el cacao posee y, por tanto, su consumo adecuado puede formar parte de una dieta equilibrada. Esto se debe a que los granos del cacao son ricos en antioxidantes y contienen polifenoles “similares a los encontrados en los vegetales y el té” (Gutiérrez, 2002).
¿Cuáles son los beneficios del chocolate?
El chocolate ha sido durante mucho tiempo un alimento popular, pero en los últimos años se ha vuelto cada vez más debido a sus beneficios para la salud. El chocolate oscuro, en particular, es rico en antioxidantes y otros compuestos que pueden mejorar la salud cardiovascular, proteger contra el daño neuronal y mejorar el estado de ánimo. De hecho, España es un gran consumidor de chocolate, por ejemplo, en 2019 se produjeron 87.000 toneladas de este (Financial Food, 2019).
Es importante tener en cuenta que los beneficios del chocolate para la salud se limitan al chocolate oscuro. El chocolate con leche, por otro lado, contiene más azúcar y grasa y menos antioxidantes. Por lo tanto, es importante elegir chocolate oscuro con un alto contenido de cacao (al menos 70%) para obtener los máximos beneficios para la salud.
Si bien el chocolate oscuro puede tener beneficios para la salud, es importante consumirlo con moderación. El chocolate oscuro es alto en calorías y grasas, por lo que comer demasiado puede conducir al aumento de peso.
Durante siglos, el chocolate ha sido considerado como una golosina, pero desde hace unos años, se han descubierto sus amplios beneficios para la salud (Gómez-Juaristi, et al., 2011):
- Mejora la salud cardiovascular. El chocolate oscuro puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular al aumentar el flujo sanguíneo, reducir la presión arterial y reducir el colesterol LDL (malo).
- Mejora el estado de ánimo. El chocolate oscuro puede ayudar a mejorar el estado de ánimo al aumentar los niveles de serotonina, una hormona que está involucrada en el estado de ánimo positivo.
- Reduce el riesgo de enfermedades crónicas. El chocolate oscuro puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la enfermedad cardíaca, el accidente cerebrovascular y el cáncer, al aumentar los niveles de antioxidantes y compuestos antiinflamatorios.
- Aumenta la actividad antioxidante, protegiendo los tejidos del estrés oxidativo que afecta a nuestras células.
- Modifica la función de las plaquetas, haciendo que se reduzca el riesgo de producirse trombos.
- Rebaja los niveles de presión arterial, tanto sistólica como diastólica, disminuyendo la probabilidad de sufrir cardiopatías o enfermedades de los vasos sanguíneos.
Como se ha mencionado anteriormente, el chocolate contiene polifenoles, un conjunto de moléculas que son de gran importancia para las plantas que los tienen. Como es en este caso para las semillas de cacao, que favorecen su resistencia a los microorganismo e insectos por su alta carga de antioxidantes. Y, al consumirlas los humanos, recibimos esa carga nosotros. Además, “podrían ser un importante medio de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer” (Gutiérrez, 2002).
Pero los beneficios de los polifenoles no se quedan ahí: ayudan a mejorar el estado de ánimo, favorecen la protección neuronal y activan una neurotrofina (BDNF) que tiene un papel muy importante para el desarrollo del sistema nervioso. De este modo, el BDNF es fundamental para el aprendizaje, la memoria y la cognición, lo que hace también que tenga un “potencial terapéutico para la enfermedad de Alzheimer” (Michel-Aceves, et al., 2016).
Tal y como aparece en el Inventario de Atributos Sanitarios y Nutricionales del Cacao y el Chocolate citado por Arrivas (2019), se concluye que el chocolate, cuando se consume con moderación, puede formar parte de una alimentación y estilo de vida saludables.
Efectos perjudiciales del chocolate
Al igual que hemos mencionado los beneficios que tiene el chocolate para la salud, también es necesario hablar sobre sus efectos perjudiciales. Y es que el chocolate contiene grandes cantidades de azúcar, sobre todo el blanco, por lo que no se debe abusar de él. Asimismo, no todo lo que lleve chocolate negro tiene por qué ser beneficioso para la salud.
Es importante señalar que enfermedades como la diabetes o la obesidad, tanto infantil como en adultos, tienden a estar relacionadas con el consumo de dulces como el chocolate. En edades tempranas, los niños tienen menos control sobre lo que deben o no comer, por lo que los adultos deben favorecer una rutina saludable y reducir el consumo de azúcares para prevenir el desarrollo de este tipo de enfermedades en el futuro.
Conlleva también problemas dentales, alergias que pueden causar síntomas como urticaria, hinchazón y dificultad para respirar, problemas cardíacos, al contener cafeína, que puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y problemas renales, al contener teobromina, que puede ser tóxica para los riñones.
Dependiendo de la persona se recomienda una cantidad u otra, pero por regla general, no es aconsejable pasarse de los 15-20 gramos al día. Esto sería el equivalente a unas dos onzas, en función del grosor de estas. Además, deberían tener el mayor porcentaje posible de cacao, mayor al 70%, e ingerirlo principalmente en las primeras horas de la mañana, con el desayuno, por ejemplo.
Fuentes:
Amaya, L. Y. C. y Pabón, L. C. O. (2017). Chocolate: más que un dulce. Revista Convicciones, 4(7), 117-127.
Arribas, M. Á. M. (2019). El chocolate. Los libros de la catarata.
De Jesús Michel-Aceves, R., et al. (2017). El chocolate oscuro y los polifenoles nuestros de cada día. Revista de Sanidad Militar, 70(1), 17-22.
Financial Food (2019). Las ventas de la industria española del cacao y chocolate suben un 3,6%.
Gómez-Juaristi, et al. (2011). Efectos beneficiosos del chocolate en la salud cardiovascular. Nutrición hospitalaria, 26(2), 289-292.
Gutiérrez Maydata, B. A. (2002). Chocolate, polifenoles y protección a la salud. Acta Farmacéutica Bonaerense, 21.