El acoso escolar es algo que, por desgracia, ha existido siempre de forma injustificada. Pero actualmente está adquiriendo mayor fuerza también fuera de las aulas, a través de internet, lo que se conoce como cyberbullying. En este artículo te contamos todo lo que debes saber.
¿Qué es el bullying?
Para comenzar debemos entender qué es el bullying y cuál es su situación en la actualidad. En 2019, el Ministerio de Educación llegó a detectar más de 5.500 casos de bullying en España (El Mundo, 2019). Y, aunque en este artículo nos vamos a centrar en el escolar, también existe el laboral (en ambiente de trabajo) y el social (en grupos de amigos).
El bullying es una traducción directa del inglés que significa acoso. Este es un tipo de comportamiento agresivo que se realiza contra una persona de forma continua. Puede ser tanto físico como psicológico o verbal y puede producirse dentro y fuera del aula.
Las personas que son acosadas repetidamente a lo largo del tiempo pueden llegar a sufrir graves consecuencias para su salud y bienestar. Además, la infancia y adolescencia son etapas delicadas para el desarrollo del ser humano y de su autoestima. Por estos motivos, el movimiento contra el acoso escolar no cesa y cada vez adquiere una mayor importancia (Rigby, 2003).
¿En qué consiste el cyberbulling?
Con las redes sociales siendo cada vez más utilizadas por los niños y adolescentes, ha surgido una forma nueva de acoso: el cyberbullying. Consiste en la realización de amenazas, humillación o cualquier tipo de abuso por parte de otro compañero, del colegio o instituto, mediante Internet o cualquier medio electrónico, como el teléfono móvil. En el último año se produjeron más de 11.000 casos de ciber acoso en España, siendo la Región de Murcia la comunidad autónoma con mayor número de casos (11% del total) seguida por Cataluña (10%) (Bullying Sin Fronteras, 2021).
La mayor parte de los incidentes de acoso en la red ocurren fuera del colegio, ya que en los centros escolares está prohibido el uso de teléfonos móviles y demás dispositivos electrónicos ajenos al material escolar. Al llevarse a cabo la mayoría de veces fuera del centro, es extremadamente complicado para las escuelas disciplinar a un estudiante cuando no está dentro del recinto escolar (Kraft & Wang, 2009).
El bullying y el cyberbullying a menudo están relacionados. Es decir, un estudiante que es acosado en la escuela puede serlo también en la red. De hecho, según Kraft y Wang (2009), más de un tercio de los estudiantes que son acosados de forma online, también lo son en sus centros educativos.
Ahora bien, no siempre es así, en ocasiones los papeles se dan la vuelta. Esto se debe a que, incluso alguien que está siendo acosado en el colegio puede ser acosador online. Además, hasta puede realizarlo para tomar represalias contra la persona que le hace bullying en la escuela.
Tipos de bullying
Se ha estudiado que el bullying es “un fenómeno grupal, que no debería solo verse como comportamiento agresivo” (Ortega-Ruiz, Del Rey y Casas. 2016). La visión tradicional argumentaba que los niños son más agresivos que las niñas, es decir, que utilizan más la agresión física, con golpes o empujones. Mientras que las niñas utilizan más la agresión verbal, con insultos e inventando rumores. Sin embargo, estudios más recientes, como los realizados por Bjorkqvist en Finlandia, sugieren que las diferencias de sexo en el bullying son más complejas que esto (Rivers & Smith, 1994).
Rivers y Smith distinguen entre tres clasificaciones de acoso escolar:
- Agresión física directa, como son patadas o golpes de cualquier tipo.
- Agresión verbal directa, como son insultos o amenazas.
- Agresión indirecta, como puede ser la difusión de rumores o historias, persuadir a otros para ignorar a un tercero…
Los dos tipos de agresión directa se refieren a una confrontación cara a cada, pero la indirecta es la que se produce mediante terceros. Esta última normalmente es de naturaleza verbal en lugar de física.
Los estudios de Bjorkqvist concluyeron en que la utilización de métodos de agresión indirectos depende de la manipulación de una infraestructura social más desarrollada. Se compararon a niños y niñas de 8 a 15 años y se encontró que los niños empleaban más agresiones físicas que las niñas, pero que conforme se hacían mayores, este comportamiento iba disminuyendo.
Otra de las conclusiones de Bjorkqvist fueron que, aunque ambos sexos utilizaban cada vez más la agresión verbal directa, conforme aumentaba la edad, los niños lo hacían más que las niñas.
¿Qué consecuencias puede acarrear el acoso?
El cyberbullying, en concreto, así como el acoso, en general, pueden provocar diferentes efectos en la salud de aquel que lo recibe. Rigby (2003) los clasifica y a continuación los explicamos:
- Bajo bienestar psicológico. Esto incluye estados mentales considerados angustiantes, pero no extremos, como son una baja autoestima, ira y tristeza. En definitiva, una infelicidad generalizada.
- Socialización pobre. Normalmente incluye sentimientos de aversión hacia su entorno social. En estos casos se traduce en aislamiento, soledad y absentismo escolar.
- Angustia psicológica. Es una categoría más grave que abarca niveles de ansiedad muy altos, depresión e, incluso, pensamientos suicidas.
- Malestar físico. Incluye trastornos físicos evidentes claramente en enfermedades diagnosticadas.
Todas estas consecuencias se pueden prevenir, ¿cómo? Educando a los niños desde pequeños en el respeto hacia los demás como valor esencial. Pero debe ser una educación tanto en los colegios como en casa. De la misma manera, es importante tener control sobre lo que hacen cuando utilizan internet o redes sociales, ya que puede ser que no sea acosado, pero sí que acose a otro compañero.
¿Qué hacer en caso de ser víctima de bullying o cyberbullying?
Lo principal es que se comunique primero con un adulto, ya sea un profesor o un familiar, y ellos serán los que determinen qué hacer según el caso. Para muchos niños y adolescentes esto es lo más complicado porque sienten que no serán entendidos o que las consecuencias acarrearán más sufrimiento. Por este motivo, hay que crear un vínculo de confianza, para que sepan que se puede hablar de todo.
En las instituciones educativas hay un protocolo de actuación contra el bullying, realizado por la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (A.E.P.A.E.), si quieres más información puedes encontrarlo todo aquí.
Fuentes:
Bullying Sin Fronteras (2021). Estadísticas de Bullying en España. Año 2020/2021. Obtenido en https://bullyingsinfronteras.blogspot.com/2017/03/estadisticas-de-bullying-spain.html.
El Mundo (2019). Educación detecta 5.557 posibles casos de acoso escolar en un año. Obtenido en https://www.elmundo.es/espana/2019/04/30/5cc7f1cdfc6c836f788b4665.html.
Kraft, E. M., & Wang, J. (2009). Effectiveness of cyber bullying prevention strategies: A study on students’ perspectives. International Journal of Cyber Criminology, 3(2). Obtenido en http://www.cybercrimejournal.com/KraftwangJulyIJCC2009.pdf.
Ortega-Ruiz, R., Del Rey, R., & Casas, J. A. (2016). Evaluar el bullying y el cyberbullying validación española del EBIP-Q y del ECIP-Q. Psicología educativa, 22(1), 71-79. Obtenido en https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1135755X16000087.
Rigby, K. (2003). Consequences of bullying in schools. The Canadian journal of psychiatry, 48(9), 583-590. Obtenido en https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/070674370304800904.
Rivers, I., & Smith, P. K. (1994). Types of bullying behaviour and their correlates. Aggressive behavior, 20(5), 359-368. Obtenido en https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/1098-2337(1994)20:5%3C359::AID-AB2480200503%3E3.0.CO;2-J.