Se cree que los radicales libres están implicados en los mecanismos etiopatogénicos de más de 100 enfermedades entre las que cabe citar hipertensión esencial, diabetes, alteraciones inflamatorias… y otras relacionadas con el sistema inmunitario. Sin embargo, Marcel Proust estaba convencido de que “nuestro corazón tiene la edad de aquellos que ama”.
Endotelio Vascular
El endotelio vascular, un órgano estructuralmente simple y funcionalmente complejo, es una capa unicelular que cubre la superficie interna de los vasos sanguíneos y conforma la pared de los capilares. Lejos de ser sólo una barrera mecánica entre la sangre y los tejidos, es un órgano activamente comprometido en una gran variedad de procesos fisiológicos y patológicos. Debido a su ubicación estratégica detecta cambios en las fuerzas hemodinámicas que actúan sobre la pared vascular, así como señales bioquímicas transportadas por la sangre y responde a ellas liberando sustancias vasoactivas, algunas de la cuales tienen funciones antagónicas como vasodilatadores y vasoconstrictores o hemostáticos y antihemostáticos y, como diría Miguel de Unamuno, “la verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante”.
Disfunción endotelial
El término disfunción endotelial indica obviamente que, ya sea en condiciones basales o después de estimulación, el endotelio no cumple apropiadamente estas funciones. Una menor biodisponibilidad de óxido nítrico (NO), una alteración en la producción de prostanoides, un deterioro de la hiperpolarización dependiente de endotelio, así como una mayor liberación de endotelina-1, pueden individualmente o asociados contribuir a la disfunción endotelial. Sin embargo, la menor biodisponibilidad de óxido nítrico, causada por una disminución en su síntesis o un aumento de la velocidad con que se degrada, constituye el fenómeno más temprano y la característica más importante de disfunción endotelial, aunque en estas situaciones coincido con Aristóteles “no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”.
Por todo ello, es esencial proteger el endotelio vascular de los múltiples factores externos:
- Las citoquinas inflamatorias de los adipocitos del abdomen de personas con obesidad agreden al endotelio vascular y lo hacen disfuncionante.
- El humo del cigarrillo agrede el endotelio y genera disfunción.
- Una ingesta rica en grasas saturadas y grasas trans agreden el endotelio y lo expone a que nuestros mecanismos de defensa puedan verse alterados.
- El estrés crónico provoca una agresión del endotelio que es lo que posibilita la progresión de la enfermedad ateroesclerótica.
Óxido Nítrico: efectos moduladores sobre la función cardiaca
El óxido nítrico (NO) liberado por prácticamente todas las células del corazón ejerce múltiples efectos sobre la función cardíaca. Modula la frecuencia cardíaca, la respiración mitocondrial, el consumo miocárdico de O2 y la eficiencia mecánica. También mejora la distensibilidad ventricular y aumenta el trabajo latido en pacientes con miocardiopatía dilatada,y desempeña un importante papel en la fase tardía del precondicionamiento isquémico y, como ya advertía Moliére, “jamás se penetra por la fuerza en un corazón”.
El óxido nítrico actúa como regulador paracrino, autocrino e intracrino de la función cardíaca a través de acciones directas sobre los cardiomiocitos y de acciones indirectas, consecuencia de sus efectos vasculares (metabolismo energético). A nivel vascular, regula el tono vascular, la perfusión coronaria, la permeabilidad capilar y la agregación plaquetaria y, además, desempeña un importante papel en el control de la angiogénesis, la inflamación y la proliferación celular vascular. La regulación de todos estos procesos es muy compleja y depende de las concentraciones de óxido nítrico, así como de otros factores como el compartimento celular donde se está generando la vía de señalización activada, el estado redox celular, la situación fisiopatológica y la presencia de otros mediadores celulares y, sin duda, como diría Pitágoras, “una bella ancianidad es la recompensa de una bella vida”.
Vitamina C
No solo los radicales libres tienen un papel importante. Más del 80 % de los pacientes con enfermedad coronaria tienen deficiencia de vitamina C y, de hecho, en 1989, el premio Nobel Linus Pauling y Mathias Rath descubrieron que las megadosis de vitamina C previenen el depósito de lipoproteína Lp(a) en las paredes arteriales y, llegado a este punto, me viene a la memoria lo que decía Oscar Wilde “vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir”.
Asimismo, según han constatado investigadores británicos y alemanes hay evidencias científicas que aquellas personas que poseen un nivel más elevado de vitamina C en plasma presentan menos factores de riesgo cardiovascular y además tienen más probabilidad de sufrir insuficiencia cardíaca. Por este motivo, es recomendable ingerir al menos 60mg de vitamina C y la podemos encontrar en gran cantidad de frutas como fresas, grosellas, frambuesas, moras, arándanos, cítricos (naranja, limón, pomelo), kiwi, papaya o tomate. También está presente en verduras y hortalizas como pimiento, col, col de Bruselas, nabo, rábano, patatas o perejil crudo.
En este sentido, la concentración de vitamina C en plasma es un buen biomarcador para evaluar el consumo de fruta y verdura.
Lamentablemente el hombre, tras una mutación genética, ha dejado de sintetizar vitamina C y eso lo diferencia de otros animales, como por ejemplo el cerdo, que sintetiza 10 gramos diarios y por ello puede meter el hocico en todo, sin infectarse, ya que la vitamina C aumenta la resistencia a la infección, eleva la producción de interferón y mejora la actividad inmunológica de los linfocitos, pero, como diría Ovidio, “mil enfermos requieren mil curas”.
Inmunoadsorción
La inmnoadsorción es una técnica indicada para pacientes con síndromes isquémicos, otras enfermedades autoinmunes e hipertensión pulmonar y, muy especialmente, ofrece buenos resultados en la miocardiopatía dilatada por su alta derivación en trasplante cardiaco. En estos pacientes hay una batería de anticuerpos – inmunoglobulinas-que atacan a diversas proteínas estructurales del músculo cardiaco y que están implicados en la evolución de la enfermedad y, como decía Sócrates, “yo sólo sé que no sé nada”.
Una máquina de circulación extracorpórea filtra la sangre a través de unas columnas específicas de aféresis, que fijan y eliminan los anticuerpos y marcadores inflamatorios y la devuelve limpia al paciente. Con este procedimiento de aféresis se obtienen unos resultados que mejoran la fracción de eyección.
En definitiva, la terapia de inmunoadsorción permite la eliminación de anticuerpos, fibrinógeno, proteína C reactiva y otros marcadores inflamatorios de plasma sanguíneo a través de la punción de una vena central o del brazo. Esta técnica de eliminación extracorpórea de estos anticuerpos incide positivamente en la mejoría de la condición hemodinámica de los pacientes hasta llegar, en ciertos casos, a retrasar o evitar el trasplante, pero, como decía Quevedo, “el que quiera tener salud en el cuerpo, procure tenerla en el alma”.
Cribaje genético: test
Los recientes avances en la genética molecular y en el genoma humano han permitido identificar genes que ayudan en el diagnóstico y tratamiento personalizado de las diferentes enfermedades, no obstante según Santiago Ramón y Cajal “las ideas no duran mucho, hay que hacer algo con ellas”.
El cribado genético está diseñado para conocer la predisposición de una persona a sufrir determinadas enfermedades. A través de la saliva o sangre se puede recoger una muestra de ADN y analizar los polimorfismos y de una forma personalizada determinar el riesgo cardiovascular y prevenir y orientar el tratamiento eficazmente.
Las enfermedades cardiovasculares son enfermedades poligénicas en las que además del componente genético existen otros múltiples factores que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad. Los últimos estudios en genética molecular y secuenciación del genoma humano han permitido identificar genes candidatos que permitirán avanzar en el diagnóstico y tratamiento personalizado y a medida (farmacogenética) de las enfermedades cardiovasculares.
Este cribado genético está diseñado para conocer la predisposición de una persona a sufrir enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares: infarto cerebral, infarto de miocardio, fallo cardíaco, arterioesclerosis y accidentes cerebrovasculares. La prueba para determinar el riesgo cardiovascular de cada persona se puede realizar, preferiblemente, a través de una muestra de sangre, pero también se puede realizar en saliva.
Los Marcadores Genéticos de Susceptibilidad, son los más importantes aceptados en la comunidad científica para valorar genéticamente el riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares. Entre los genes ligados a la aparición de enfermedades cardiovasculares, podría mencionar entre otros: gen APOE, gen UCP2, gen APO4, gen LPL, gen IL-6, gen MTHFR, gen Factor V Leiden, gen de la protrombina, gen ECA, gen AGTR1 y un largo etc.
La biología molecular y genética ha permitido describir que un defecto o mutación en el gen del receptor LDL a nivel hepático es el mecanismo responsable de la hipercolesterolemia familiar en la cual cifras muy elevadas de LDL conducen a prematura aterosclerosis y accidentes cardíacos y cerebrales.
De igual modo se han logrado avances en la genética de la cardiomiopatía hipertrófica familiar, entidad responsable de la mayoría de los casos de muerte súbita en atletas. En buena parte de estos pacientes se ha detectado una mutación en el gen de la miosina a nivel de cromosoma.
Recientemente, se ha descubierto un gen que alarga la vida, se llama APOB y bautizado como Matusalén, que lleva la información bioquímica necesaria implicada en el transporte del colesterol LDL (malo) hacia el hígado para su posterior degradación. Las familias que comparten variantes de este gen superarán los 100 años de vida. Pero, tengamos la suerte o no de heredar los genes de longevidad, hay que tener la perseverancia de adoptar hábitos sanos y, como decía Washington Irving. “el corazón es una fuente de alegría que regala sonrisas a todo lo que hay en sus proximidades”.
El paradigma es el síndrome de Brugada que se transmite según un patrón de herencia autosómico dominante, el gen SCNSA, donde ya se han descrito más de 100 mutaciones distintas que son las responsables de la reducción transmembrana de sodio. Los portadores de este gen tienen una predisposición a presentar arritmias ventriculares y muerte súbita y, como decía Woody Allen, “me interesa el futuro porque es allí donde pasaré el resto de mi vida”.
Por otro lado, el gen FLNC, descubierto recientemente, es el codificante de la proteína “filamina C”, cuya formación de agregados en el músculo cardíaco, provoca miocardiopatía hipertrófica y es el responsable de alteraciones cardíacas y muerte súbita. Con esto quiero decir que, si todo esto lo sabemos, en este tipo de pacientes, podríamos anticiparnos y, por poner un ejemplo, implantarles un desfibrilador que evite la fibrilación ventricular, que es la arritmia que desencadena la muerte súbita, pero, como diría Tito Livio, “el miedo siempre está dispuesto a ver las cosas, pero de lo que son.”
Análisis de polimorfismos
Cada persona hereda de sus progenitores un conjunto único y exclusivo de alelos de estos polimorfismos genéticos. El resultado de la combinación es único y absolutamente diferente al de cualquier otra persona. Por eso, el análisis de los polimorfismos genéticos presentes en los individuos permite establecer un patrón genético individual para cada uno de ellos, una huella genética individual, que los caracteriza. Sin embargo, Winston Churchill decía “vivir arduamente, no temáis nada y os sonreirá el futuro”.
El desarrollo de técnicas analíticas sofisticadas para el estudio de estos polimorfismos genéticos permite diferenciar las distintas formas alternativas que pueden tener cada uno de ellos. Por eso se utilizan como marcadores genéticos, elementos que sirven para diferenciar a unas personas de otras.
Por otra parte, al transmitirse estos elementos genéticos polimórficos de padres a hijos, generalmente sin cambios, las personas que comparten algún vínculo familiar directo también comparten varios de estos marcadores. Los científicos han estudiado durante décadas este proceso de transmisión de la información genética y de sus variaciones y han aprendido a analizar sus patrones y a determinar, midiendo el tipo de marcadores genéticos compartidos y el grado de similitud entre diversas personas, si entre éstas existe o no algún parentesco biológico y de qué tipo. La aplicación de los métodos de estudio más modernos permite realizar estos análisis con un grado de certeza elevadísimo, casi absoluto. En estas situaciones coincido plenamente con Víctor Hugo que decía “el futuro tiene muchos nombres: para los débiles es lo inalcanzable, para los temerosos, lo desconocido y para los valientes es la oportunidad”.
Telomerasa
Los telómeros son complejos que protegen los extremos de los cromosomas que mantienen la integridad del genoma y los protege del proceso de envejecimiento. En este sentido, el acortamiento del telómero implica la senescencia de la multiplicación celular. Si me permitís, para que me entendáis mejor, los telómeros son como los plásticos de los extremos de los zapatos, que con el uso se van gastando y acortando, pero, como decía William Shakespeare, “nuestros cuerpos son nuestros jardines, nuestras decisiones nuestros jardineros”.
Los factores que influyen en el proceso de acortamiento de los Telómeros son: stress oxidativo, sobrepeso, falta de sueño y depresión. Por el contrario, la prevención del acortamiento se consigue con ejercicio físico, ingesta de antioxidantes, resveratrol, coenzima Q10, té verde, cúrcuma, vitamina D3, Omega3 y minerales y, como diría Abrahm Lincoln, “al final lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años”.
El gran desafío, donde actualmente se centra la investigación, es en el alargamiento de los telómeros a través de una enzima, la “Telomerasa” y, concretamente, en sus “activadores enzimáticos”, que son un elemento clave para retrasar el envejecimiento, ya que la telomerasa permite mantener la célula joven y por este motivo sus descubridores; Blackburn, Greider y Szostak, recibieron el Premio Nobel de Medicina.
Pero, llegado este punto, siempre me fascina acordarme de la sabiduría de un gran escritor, Cernuda que decía “el hombre muere para que nazca el héroe”.