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Esperanza de vida con Aneurisma Cerebral: Conoce todo

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¿Crees que vas a morir? ¿Piensas que alguna arteria va a explotar por una hemorragia?

Tranquilo, en este artículo podrás observar como se comporta esta enfermedad y todo lo que debes saber respecto a ella, tienes que ser consciente por que hasta la hemorragia no existen síntomas claros para que acudas al médico y te puedan diagnosticar este tipo de aneurisma.

Te animamos a que seas valiente y observes todo lo que te hemos preparado.

Un aneurisma cerebral es una dilatación anormal que aparece en una zona debilitada de una arteria dentro del cerebro. Se trata de una protuberancia que aparece cuando una sección del vaso sanguíneo en el cerebro se debilita y, por efecto de la presión arterial, comienza a abultarse hacia el exterior.

Cuando esa burbuja o dilatación sufre una rotura, el resultado puede ser devastador: se produce una hemorragia en el cerebro, lo que puede derivar en pérdida de conciencia, daño neurológico grave e incluso muerte si no se actúa con urgencia. Esta emergencia médica se conoce como hemorragia subaracnoidea y requiere intervención inmediata.

Muchos aneurismas no presentan síntomas y se detectan por casualidad durante estudios por otros motivos. En estos casos, los especialistas valoran una serie de aspectos clave antes de decidir cómo proceder: se estudia la forma y ubicación del aneurisma, la edad del paciente, su historial médico (como hipertensión o antecedentes familiares) y los niveles de presión arterial, así como otros factores clínicos que podrían aumentar el riesgo de complicaciones.

Cuando el riesgo de rotura es alto o ya ha ocurrido una hemorragia, una de las opciones terapéuticas más eficaces es la cirugía endovascular. Este procedimiento permite tratar el aneurisma desde dentro del vaso sanguíneo, sin necesidad de abrir el cráneo.

Mediante un catéter, se accede al punto afectado para introducir pequeñas espirales o dispositivos que aíslan el aneurisma del flujo sanguíneo, reduciendo así el peligro de nuevas hemorragias. Este tipo de intervención ha supuesto un avance notable en la medicina moderna por su eficacia y rápida recuperación.

Que es un aneurisma cerebral

Esta enfermedad se puede desarrollar sin signos aparentes durante un buen tiempo o pasar desapercibidos. Reconocer estos síntomas a tiempo y minimizar algún factor de riesgo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Si experimentas alguno de los siguientes, busca atención médica inmediata:

  • Un dolor de cabeza muy fuerte y seco, repentino y punzante en muchos casos
  • Visión doble o borrosa
  • Náuseas y vómitos sin causa aparente
  • Rigidez en el cuello
  • Pérdida de conciencia o desmayos
  • Confusión repentina o dificultad para hablar
  • Sensibilidad extrema a la luz
  • Debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo
  • Convulsiones en personas sin antecedentes epilépticos
  • Pupilas dilatadas o caída de un párpado

La gran pregunta, todo dependerá de si el aneurisma se a roto o no, en la siguiente gráfica puedes observar la esperanza de vida tras un aneurisma cerebral en 5 países europeos

Fuentes: 

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/0303846794900744?

https://resources.healthgrades.com/right-care/vascular-conditions/brain-aneurysm-survival-rate?

https://www.bafound.org/statistics-and-facts

Cuando no se produce una rotura el riesgo de muerte es muy bajo, a los 5 años la tasa de supervivencia es de más del 93%, si se detecta a tiempo y se trata con clipaje o un tratamiento endovascular, la esperanza de vida es similar a la de una persona normal.

En el caso de un aneurisma roto, la tasa de mortalidad pasados los 3 meses es del 50%, en caso de sobrevivir a este tiempo, las consecuencias psicológicas son evidentes desde una lentitud en el habla, hipertensión emocional, sentimientos de tristeza y principios de depresión.

No todos los aneurismas tienen el mismo carácter ni la misma forma de proceder, se agrupan en función de su tamaño y emplazamiento. Este clasificación ayuda a saber si se necesita tratamiento quirúrgico una vigilancia médica sin pasar por el quirófano u otra solución.

Este tipo de enfermedad, aparece con la post-meopausia en el caso de las mujeres y en términos generales por un desgaste del hueso, es el tipo más común que se suele presentar.

Es el más habitual entre los casos diagnosticados. Se presenta como un pequeño abultamiento redondeado que cuelga de una arteria, con una base angosta. Su forma recuerda a una uva o una gota, y suele aparecer en las divisiones de los vasos sanguíneos del encéfalo. Es el tipo más propenso a romperse.

Este tipo no forma una bolsa externa, sino que provoca un ensanchamiento generalizado del vaso sanguíneo. La arteria se dilata a lo largo de un tramo, adoptando un aspecto alargado y simétrico. Aunque se ve con menos frecuencia, puede estar relacionado con trastornos degenerativos de la pared arterial.

Aquí, el daño se produce dentro de la arteria. Una fisura en la capa interna permite que la sangre se infiltre entre las capas del vaso, creando una separación peligrosa. Este tipo puede interferir con el flujo normal de sangre en el cerebro y se considera una urgencia en muchos casos.

Este es un aneurisma de origen infeccioso. Algunas bacterias o microorganismos pueden debilitar las paredes arteriales desde dentro, favoreciendo la aparición de una dilatación anómala. Suelen observarse en pacientes con cuadros infecciosos graves o que presentan compromiso inmunológico.

Puede desarrollarse como consecuencia de una lesión en la cabeza. Un golpe fuerte o un accidente puede deteriorar la integridad de una arteria cerebral, lo que da lugar, con el tiempo, a una zona abombada y débil que podría evolucionar en un aneurisma.

¡Hacer Test de Longevidad!

El diagnóstico y tratamiento de un aneurisma cerebral requiere una valoración integral del paciente, considerando variables como el tamaño de la dilatación arterial, su morfología, localización anatómica y el perfil clínico individual.

El objetivo terapéutico es prevenir la rotura o minimizar el daño en caso de que ya se haya producido.

  • Tratamiento endovascular con coils (espirales): consiste en introducir microespirales a través de un catéter para rellenar el saco aneurismático y excluirlo de la circulación.
  • Clipping microquirúrgico: se realiza una craneotomía para colocar un clip metálico en la base del aneurisma, evitando su llenado por flujo sanguíneo.
  • Seguimiento clínico-radiológico: indicado en aneurismas pequeños, asintomáticos y de bajo riesgo, con controles regulares mediante angiografía o resonancia.
  • Fármacos adyuvantes: antihipertensivos, analgésicos y agentes para controlar el riesgo de vasoespasmo o convulsiones en fases post-ruptura.
  • Rehabilitación neurofuncional: especialmente en casos con daño neurológico, para favorecer la recuperación motora, cognitiva y emocional.

Las consecuencias de un aneurisma cerebral no rotos son mínimas, nos comparables con las de la rotura de un aneurisma cerebral, te hemos preparado un listado sobre las secuelas más comunes:

  • Alteración del movimiento: puede presentarse pérdida parcial de fuerza o control en una parte del cuerpo, especialmente si las áreas motoras del cerebro han sido comprometidas, como en el caso de la corteza motora o estructuras profundas.
  • Deterioro en las funciones mentales: los pacientes pueden experimentar dificultades para concentrarse, recordar información reciente o realizar tareas que antes resultaban sencillas, como planificar o resolver problemas.
  • Problemas del habla y comprensión: en algunos casos, se altera la capacidad para expresarse con claridad o entender el lenguaje hablado o escrito, lo que se conoce clínicamente como trastorno del lenguaje.
  • Aparición de convulsiones: tras el evento hemorrágico, el tejido cerebral irritado puede generar descargas eléctricas anómalas (neuralgia del trigémino), lo que lleva a crisis epilépticas en algunos pacientes.
  • Alteraciones en la visión: pueden surgir zonas ciegas, visión distorsionada o doble, especialmente si el aneurisma afecta regiones vinculadas al procesamiento visual o al nervio óptico.
  • Cambios en el estado emocional: la persona puede mostrar episodios de tristeza profunda, irritabilidad o reacciones emocionales desproporcionadas, a menudo como resultado de lesiones en zonas cerebrales que regulan el ánimo.
  • Sensación persistente de agotamiento: tras un aneurisma, no es raro que los pacientes sientan una fatiga intensa que no mejora con el descanso, relacionada con el esfuerzo del cerebro por adaptarse a los daños sufridos.
Secuelas del aneurisma cerebral

No dudes en contactar a tu médico si tienes algún síntoma de estos, más vale prevenir que curar, y no te preocupes ni te sientas raro, acudir al médico antes de que ocurra un problema es de una persona que se quiere, se cuida y se preocupa por ella.

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