Al repasar la historia del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), observamos su impacto en la historia de la medicina, las dificultades sufridas por los pacientes y la evolución actual. Los logros médicos son esperanzadores, pero los psicosociales siguen una cadencia más lenta.
Las cogniciones permiten al sujeto evaluar su entorno y ubicarse; subyacen en actitudes y conductas, de ahí la necesidad de su detección y manejo. Los trastornos psicológicos son frecuentes en la infección por VIH, unos de etiología orgánica, pero muchos de base psicológica, cuya presencia dispara conductas “incomprensibles”.