El doctor Alfonso Castro Beiras ha señalado, en el “Foro sobre Salud Cardiovascular”, que se ha acordado hacer
más estudios para detectar desigualdades entre hombres y mujeres en la detección y tratamiento de las
patologías cardiovasculares y promover la investigación y la creación de guías clínicas con enfoque de género
Madrid (29-10-09).- La adopción por parte de la población femenina de hábitos más asociados al hombre ha
incrementado notablemente el número de mujeres que sufren dolencias cardiovasculares. Sin embargo, y
“aunque los profesionales son conscientes de este cambio, la realidad es que el diagnóstico y tratamiento es de
menor intensidad entre las enfermas”. Así lo ha señalado el doctor Alfonso Castro Beiras, director de la
Estrategia de Cardiopatía Isquémica del Ministerio de Sanidad y Política Social y del Consejo Interterritorial,
durante el “Foro sobre Salud Cardiovascular”, un encuentro impulsado por el Instituto Europeo de Salud y
Bienestar Social, centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En línea con esta realidad, la mujer se ha convertido en uno de los objetivos centrales de la segunda etapa de la
citada Estrategia, recientemente revisado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Así, según
ha explicado Castro Beiras, se ha acordado hacer más estudios para detectar desigualdades entre hombres y
mujeres en la detección y tratamiento de las patologías cardiovasculares y promover la investigación y la
creación de guías clínicas con enfoque de género.
Por su parte, el doctor Carlos Macaya, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, ha rceordado que
aproximadamente el diez por ciento de la población tiene algún tipo de problema cardiovascular, siendo los más
frecuentes la hipertensión arterial, la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular y la cardiopatía isquémica.
“Las patologías cardiovasculares siguen estando a la cabeza de la mortalidad en nuestro país, por lo que es
imprescindible que tanto hombres como mujeres se conciencien plenamente de la importancia de llevar un estilo
de vida sano”, sostiene el doctor Manuel de la Peña, presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar
Social. Y es que no hay que olvidar que de los 300.000-350.000 fallecimientos que se producen cada año en
nuestro país, entre 120.000 y 130.000 se deben a alguna patología cardiovascular.
Tradicionalmente, los trastornos cardiovasculares han sido considerados masculinos. De hecho, y aunque
hábitos como el tabaquismo, un mayor sedentarismo o la incorporación de la mujer al mundo laboral ha
multiplicado su incidencia entre la población femenina, todavía hoy el número de varones que padecen estas
enfermedades dobla a ciertas edades al de las mujeres. Algunas cifras así lo reflejan: a los cuarenta años, la
proporción de afectados es de una mujer por cada catorce hombres; a partir de los cincuenta esas diferencias
van disminuyendo y a partir de los 70 años hay más mujeres que hombres con algún trastorno de este tipo
debido a la mayor esperanza de vida de ellas.
Como se señalaba anteriormente, los expertos destacan que, a pesar del incremento de la prevalencia de las
enfermedades cardiovasculares en las mujeres, “existe un problema con el diagnóstico de estos episodios en
este colectivo de la población. Y es que a una cierta edad es frecuente un dolor en el tórax debido, por ejemplo,
a la osteoporosis o a unas mamas grandes y un trastorno relacionado con el corazón puede pasar
desapercibido”, sostiene Castro Beiras.
Con el fin de subsanar este problema, la Estrategia de Cardiopatía Isquémica recoge que en los próximos años
se promoverán estudios que indaguen en posibles diferencias de diagnóstico y tratamiento de patologías
cardiovasculares según el género y la clase social; se potenciará el enfoque de género en los ensayos clínicos y
se impulsará la creación de guías clínicas acreditadas haciendo diferencias entre hombres y mujeres.