Cada segundo lunes de febrero se celebra el Día Internacional de la Epilepsia. Esta efeméride busca educar sobre esta patología neurológica sufrida por más de 60 millones de personas en el mundo. En el artículo de esta semana tratamos de dar a conocer un poco más este trastorno. ¿Qué produce las convulsiones? ¿Cómo afecta a la población infantil? ¿Cuándo se considera que te has curado de epilepsia?
¿Qué produce la epilepsia?
Siguiendo la definición de la Organización Mundial de la Salud (2020), la epilepsia es “una enfermedad cerebral crónica” caracterizada por recurrentes convulsiones. Estas convulsiones son movimientos involuntarios que pueden afectar ya sea a una parte concreta del cuerpo o a su totalidad. Las primeras se llaman convulsiones parciales y las segundas convulsiones generalizadas. En ocasiones, las convulsiones van acompañadas de “pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres”.
En el cuerpo se producen “descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales”, las llamadas convulsiones, en diferentes áreas del cerebro. Estas varían mucho, pueden ser episodios muy cortos con ausencia de contracciones en los músculos o episodios muy largos y graves. Asimismo, su frecuencia también varía, ocasionándose en algunos casos menos de una al año o, incluso, varias en un mismo día (OMS, 2019).
La epilepsia, es el trastorno neurológico crónico más común, existiendo unas 60 millones de personas en todo el mundo que la padecen (Cruz-Cruz, et al., 2017) y pudiendo afectar a gente de cualquier edad y sexo. La epilepsia tiene numerosas consecuencias neurobiológicas, cognitivas y psicosociales. Tal y como apuntan Thijs, Surgers, O’Brien y Sander (2019), más del 75% de las personas epilépticas activas, no llegan a recibir tratamiento, constituyendo esto una importante brecha de tratamiento concentrada en los países menos desarrollados.
En líneas generales, la epilepsia “es un tipo de respuesta total del organismo frente a determinadas situaciones vitales”, dependiendo al mismo tiempo esa respuesta de los factores dependientes de la estructura propia de la persona y de sus instintos (Pichon Rivière, E., 2017).
La epilepsia en edad adulta
Se determina que se sufre epilepsia cuando: ocurren dos convulsiones no provocadas con unas 24 horas de diferencia o cuando hay una sola convulsión no provocada si hay una recurrencia alta (próximos 10 años), de acuerdo con Thijs, Surgers, O’Brien y Sander (2019).
No es lo común, pero Rogel-Ortiz (1998) reporta que el 20-25% de los pacientes epilépticos manifiestan su primera crisis siendo mayores de 25 años. De hecho, cuanto mayor sean los pacientes, mayor es la incidencia: en Norte América “se reporta una incidencia de 134 casos por 100.000 personas de 65 años de edad o mayores.
Para clasificar el diagnóstico se realiza en tres niveles: tipo de crisis, de epilepsia y de síndrome. A su vez, las causas se dividen en seis categorías distintas: causas genéticas, metabólicas, estructurales, inmunes, infecciosas y desconocidas. Y, por último, las convulsiones se clasifican dependiendo de dónde se hayan iniciado, como hemos indicado anteriormente: focales, generalizadas o desconocidas.
Se determina que se ha curado una persona de epilepsia cuando o bien tenían un síndrome que dependía de la edad y han superado esa edad aplicable estando libres de convulsiones, o bien una persona ha estado sin convulsiones 10 años y sin medicación los 5 últimos (Thijs, Surgers, O’Brien y Sander, 2019).
¿Cómo afecta a niños y adolescentes?
Mientras que el nivel de incidencia general por epilepsia en los países en desarrollo es de unos 40-60 por cada 100.000 habitantes, cuando nos centramos en la incidencia de la población infantil aumenta considerablemente. En el estudio llevado a cabo por Cruz-Cruz, et al. (2017) resaltan que la incidencia en niños por epilepsia es de unos 200-400 cada 100.000 habitantes en México, siendo uno de los principales trastornos relacionadas con la mortalidad por enfermedades no infecciosas en el país. Estos autores destacan también que el mayor índice de ataques epilépticos se da “en la edad pediátrica, y el sexo masculino es el más afectado”.
Según apuntan Campos-Castelló y Campos-Soler (2004) un 70% de los niños y jóvenes epilépticos pueden llevar un buen control clínico. Además, señalan que casi el 100% de estos casos “tienen un nivel de inteligencia normal” para su edad. Sin embargo, el grado en el que afecta la epilepsia a cada niño, en cuanto a sus factores cognitivos, varía dependiendo principalmente de: la edad en la que comienza (cuanto antes, peor), la duración, los factores etiológicos (factores del medio ambiente que promueven el desarrollo de enfermedades) y la regularidad en la que se produzcan las crisis en fase activa.
En reglas generales, una persona epiléptica sufre la sensación de tener su funcionamiento cognitivo alterado. En concreto, los niños lo tienen ante todo en el lenguaje, la atención y la memoria. Esto implica una dificultad extra en su etapa de aprendizaje y madurez. No obstante, cabe destacar que aproximadamente un 20% de la población en edad escolar dentro de los estándares considerados “normales” también presenta ciertos de estos trastornos disfuncionales (Campos-Castelló y Campos-Soler, 2004).
Hoy en día la epilepsia sigue siendo un trastorno neurológico muy estigmatizado, tratemos entre todos que cada vez lo sea menos.
Si estás interesado en formación en neurociencias, no te pierdas nuestro Experto en neurociencias y nuestro Máster Internacional en Neurociencia: Evaluación Clínica y Neurodiagnóstico.
Fuentes:
Campos-Castelló, J. y Campos-Soler, S. (2004): Neuropsicología y epilepsia. Revista de Neurología. 39 (2): 166-177.
Cruz-Cruz, et al. (2017): Factores asociados a epilepsia en niños en México: un estudio caso-control. Vol. 74, No. 5.
OMS (2019): Epilepsia.
Pichon Rivière, E. (2017): Patogenia y dinamismos de la epilepsia. Revista de Pdicoanálisis. Vol. 1, No 3, 616-625.
Rogel-Ortiz, F.J. (1998): Epilepsia del adulto. Estudio prospectivo de 130 casos. Gaceta Médica México. Vol. 135, No. 4.
Thijs, R., Surgers, R., O’Brien, T. y Sander, J. (2019): Epilepsy in adults.