Sobrepeso-obesidad
Como diría Doug Larson, «la esperanza de vida aumentaría a pasos agigantados si los vegetales olieran tan bien como el tocino». Según la OMS, la obesidad es la epidemia del siglo XXI y el primer problema de salud pública. Existe sobrepeso cuando el peso corporal aumenta por encima de lo que sería deseable en relación con la talla; por su parte, la obesidad es un estado físico de excesiva grasa corporal, igual o superior al 20%. Uno de cada tres adultos cumple los criterios para sufrir síndrome metabólico. Como decía Michael Pollan: «No comas algo que tu tatarabuela no reconocería como comida. En los supermercados hay muchos productos que parecen alimentos y que nuestros antepasados no identificarían como tales; mantente alejado de ellos».
Se pueden clasificar distintas formas de obesidad en función de diversos parámetros, como se detalla a continuación.
1. Obesidad según el exceso de grasa corporal
En la práctica clínica, la obesidad se define a través del índice de masa corporal (IMC).
2. Obesidad según la distribución de la grasa corporal
Abdominal o androide
Para definir la obesidad abdominal puede utilizarse el perímetro de la cintura, que es un marcador independiente del riesgo cardiovascular. El tejido adiposo predomina en la mitad superior del cuerpo: cuello, hombros y sector superior del abdomen. Este tipo de obesidad, tanto en el hombre como en la mujer, se asocia con un aumento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, ateroesclerosis, hiperuricemia e hiperlipidemia. Cuando Leigh Hunt afirmaba que «si alguna vez no sabes cómo animar una conversación que languidece saca a colación el tema de la comida», no le faltaba razón.
Obesidad según el perímetro de la cintura
Para la realización de esta medida deben usarse referencias óseas: el punto medio, el borde inferior de las costillas y el borde superior de la pelvis (cresta ilíaca). Se debe tomar como referencia el ombligo y hacer la medición a su altura es una práctica incorrecta ya que, en las obesidades severas, el ombligo puede estar extremadamente bajo, con lo que se obtendrían valores erróneos.
Obesidad glúteo-femoral o ginoide
Se acumula en caderas, glúteos y muslos. Se caracteriza por presentar adiposidad en los glúteos, las caderas, los muslos y la mitad inferior del cuerpo.
3. Según la edad de aparición
Obesidad infanto-juvenil
Comienza antes de los 18 años y es predictiva de la obesidad del adulto, generalmente debida a hábitos alimentarios inadecuados. Los niños con sobrepeso tienen más probabilidades de ser obesos cuando llegan a la edad adulta. Se considera una forma de obesidad de larga evolución.
Del mismo modo, los adultos obesos generalmente han tenido obesidad infanto-juvenil y sufrirán una obesidad más prolongada.
Obesidad del adulto
Comienza después de los 18 años y en ella predomina la hipertrofia celular, asociada más frecuentemente a la obesidad abdominal. Ya advirtió Molière que «hay que comer para vivir, y no vivir para comer».
4. Obesidad según la causa
Primaria
Debida a hábitos alimentarios y factores psicosociales.
Secundaria
Debido a otras patologías:
- Endocrinas
- Síndromes genéticos
- Causa yatrogénica: corticoides, antidepresivos tricíclicos, estrógenos, progesterona, neuroepilepticos, anticonvulsionantes, etc.
- Otras causas: tumores, lipomatosis, lipodistrofia, etc.
Hipertensión arterial en el Síndrome Metabólico
La hipertensión arterial ha sido incluida como uno de los criterios diagnósticos en todas las definiciones del síndrome metabólico. La ingesta de alimentos con contenido de sodio (sal) en la dieta también influye en los niveles de presión arterial. Se conoce una estrecha relación entre la hipertensión arterial y el tejido adiposo visceral, que se atribuye a determinadas sustancias liberadas por el tejido graso en exceso. Entre estas sustancias se encuentra la «leptina», que aumenta a medida que lo hace el IMC. La leptina es una hormona de 167 aminoácidos, sintetizada en su mayor parte por el tejido adiposo. Su concentración depende del sexo, la edad, el índice de masa corporal y la ingesta calórica.
Modificaciones del patrón lipídico: dislipemia
En la definición de síndrome metabólico se incluyen las alteraciones lipídicas que son los marcadores clínicos de la enfermedad:
- Disminución del colesterol HDL por debajo de 35-39 mg en hombres y mujeres.
- Triglicéridos superiores a 150 mg/dl.
Ante esta situación, se recomienda conseguir las siguientes cifras: colesterol total <180, colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) <70, colesterol HDL >45, triglicéridos < 120. En pacientes con cardiopatía isquémica conviene un colesterol total <150 mg/dl. Para ello, lo mejor es seguir las guías clínicas y, más en concreto, la Guía Europea de Dislipemia de la European Society Cardiology, la European Atherosclerosis Society y la American Heart Association. Por sus descubrimientos sobre la regulación del metabolismo del colesterol, Michael Brown y Joseph Goldstein recibieron el Premio Nobel de medicina.
Alteración del metabolismo de la glucosa
La intolerancia a la glucosa es otro de los aspectos que definen el síndrome metabólico. En este caso, aparece una resistencia a la insulina, que se define como la disminución de la capacidad de la insulina para producir la respuesta fisiológica sobre el mantenimiento de la homeostasis de la glucosa. Aparece en la mayoría de los pacientes con síndrome metabólico y favorece el riesgo de enfermedad cardiovascular. Estas alteraciones están desencadenadas por distintos factores genéticos, ambientales y familiares que interaccionan entre sí.
Manuel de la Peña, M.D., Ph.D.
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