Alimentos ricos en Vitamina C
Lo recomendable es ingerir al menos 60 mg de vitamina C. Para ello, la podemos encontrar en gran cantidad de frutas como fresas, grosellas, frambuesas, moras, arándanos, cítricos (naranja, limón, pomelo), kiwi, papaya o tomate. También está presente en verduras y hortalizas como pimiento, col, col de Bruselas, nabo, rábano, patatas o perejil crudo. Y como decía Leonardo Da Vinci, “la sabiduría es hija de la experiencia”.
Si en tus desayunos sustituyes las grasas trans de la bollería industrial por frutas, verduras y hortalizas con alto contenido en vitamina C, observarás como cambia tu energía, mejora tu vitalidad y se refuerza tu memoria.
Por estas razones cuando se usa en las dosis adecuadas esta vitamina altera notablemente el curso de muchas enfermedades, y si lo que pretendes es vivir más y mejor aplica el pensamiento de Marilyn Monroe: “la vida es corta… sonríele a quien llora, ignora a quien te critica y sé feliz con quien te importa”.
Uso oral
Lo ideal es consumir la vitamina C liposomal. La protección de los liposomas que envuelven la molécula de vitamina C ayuda a atravesar la barrera intestinal y, de esta manera, el cuerpo puede absorber dosis más altas. En una palabra, la vitamina C liposomal es un 241% más asimilada y, por lo tanto, más potente que la vitamina C clásica. Se puede aumentar progresivamente la dosis para evitar posibles efectos adversos, pero recuerda siempre a Marcel Proust que decía que “nuestro corazón tiene la edad de aquellos que ama”.
Uso endovenoso
Muchos grandes investigadores han señalado el beneficio del uso endovenoso en altas dosis, y el doctor Fred Klenner ha sido el pionero. De hecho, descubrió que las infecciones virales agudas podrían curarse con ácido ascórbico intravenoso en dosis masivas; se puede oscilar entre 50-100 gramos. Irwin Stone destacó el potencial de la vitamina C en el tratamiento de muchas enfermedades crónicas, la incapacidad de humanos para sintetizar el ascorbato y el estado resultante de la hipoascorbemia. Personalmente, las he experimentado y son una verdadera explosión de vitalidad. Llegados a este punto, me viene a la memoria la genialidad de Jean-Jacques Rousseau que decía “el hombre que más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida”.
Uso vía tópica
La vitamina C es considerada un antioxidante poderoso, protector de la fase acuosa de la piel. Su absorción sistémica asegura niveles muy bajos en la piel, por lo que su uso por vía tópica representa una vía de llegada más directa y eficaz para ejercer su acción. La vitamina C tópica tiene los siguientes efectos a nivel de la piel: estimulación de la síntesis de colágeno, prevención de inmunosupresión por radiación ultravioleta, prevención del fotodaño y del fotoenvejecimiento, actuando como coadyuvante de los filtros solares. Ejerce su acción principalmente como captador de especies reactivas de oxígenos producidas por la luz ultravioleta y contaminantes ambientales, pero como decía Leon Tolstoi “envejecer es lo más inesperado de todo lo que le sucede al hombre”.