Comida emocional: causas y consejos

Comida emocional: causas y consejos

Comida emocional: causas y consejos 950 448 Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social

No hace falta ser un experto para saber que nuestro estado de ánimo influye en nuestros hábitos alimenticios. Pero, ¿qué hacer con la comida emocional? ¿Qué la provoca exactamente?

En 2016, casi el 40% de los adultos de todo el mundo tenía sobrepeso y casi el 15% eran obesas. De hecho, López y Cebolla señalan que en los últimos años la tasa de obesidad ha ido aumentando de forma alarmante y que las principales causas pueden ser tanto medioambientales, como culturales o psicológicas. En esta última, los tipos de ingesta son “especialmente relevantes”.

Comida emocional: tipos de ingesta

Estos autores mencionados en el párrafo anterior, clasifican los estilos de ingesta en tres grupos: “el restrictivo, el emocional y el externo”. El restrictivo consiste en la limitación intencionada de alimentos para conseguir el adelgazamiento o mantenimiento del peso. Generalmente, el tipo de persona que lo realiza se relaciona con trastornos de “anorexia nerviosa”. El estilo externo es aquel que aumenta la ingesta de alimentos debido a factores externos, a través de la vista o el olfato. Un ejemplo que ponen los autores sería el de comer “un pastel al pasar por una pastelería, sin sensación de hambre”.Comida emocional: causas y consejos

El estilo emocional es en el que se centra este artículo y consiste en la inclinación por comer para estabilizar ciertas emociones, generalmente negativas, sin tener realmente apetito. Normalmente, las personas que tienen este estilo de ingesta, aumentan la cantidad de comida diaria cuando sufren una “emoción intensa”, cuando lo esperado, desde el punto de vista biológico, es lo contrario, un descenso de la sensación de hambre. El sentimiento que más provoca este estilo de alimentación, tal y como apuntan López y Cebolla, es el aburrimiento.

Comida emocional: causas que la provocan

En estas semanas de cuarentena algo que no ha podido faltar a muchos es el tiempo libre. A muchas personas esto les ha llevado a practicar actividades nuevas o recuperar viejos hobbies, pero, a su vez, a otras tantas les ha llevado a una profunda sensación de “¿y qué hago ahora?”. Ese aburrimiento, esa sensación de no tener nada que hacer, y tener la comida cerca ha llevado a muchas personas a comer de forma emocional. De hecho, el aburrimiento puede ser también una causa de estrés que se relacione incluso con síntomas depresivos y de ansiedad.

Konttinen, junto con otros autores, sugieren que comer por impulso emocional es un mecanismo vinculado a la depresión y el posterior desarrollo de la obesidad. Asimismo, las personas obesas, “tienen mayor tendencia a comer para regular emociones que los normopeso”, según López y Cebolla, lo que produce un ciclo de ansiedad e ingesta alimenticia del que es complicado salir sin ayuda profesional.

Para las personas que sufren de depresión, el comer para frenar las respuestas negativas parece funcionar según un estudio realizado por Konttinen en 2019. En este mismo estudio, también sacaban en claro que las personas con una mayor ingesta emocional y una menor duración del sueño eran particularmente vulnerables al incremento del índice de Masa Corporal (ICM). Por lo que, la falta de sueño también es otro de los motivos que provoca la comida emocional.

Aunque en el estudio de Konttinen el género no parecía ser un factor significativo, los efectos tanto directos como indirectos de la alimentación emocional y la depresión en el aumento del IMC, eran más intensos en las mujeres que en los hombres.

Comida emocional: consejos

Debido a que las principales causas son aburrimiento, falta de sueño y depresión, lo primero es que, si tu estilo de alimentación es emocional y crees que puede ser debido a una causa mayor que por aburrimiento, por ejemplo por depresión o malestar emocional de cualquier tipo, no dudes en acudir a un profesional.

Comida emocional: causas y consejosSi simplemente es porque tienes la despensa cerca y demasiado tiempo libre, procura establecer unos horarios para las comidas y así evitar picar entre horas. Una buena forma de no caer en excesos es, antes de ir a la compra, organizar lo que se va a comer y comprar solamente eso. De esta manera, se evita comprar más de lo necesario y se evitan los productos más grasos.

Si quieres saber más sobre cómo llevar unos hábitos de vida más saludables, no te pierdas nuestro artículo “Hábitos saludables: no necesitas más de 4”.

 

 

Fuentes:

Konttinen, H., Van Strien, T., Männistö, S., Jousilahti, P., & Haukkala, A. (2019): Depression, emotional eating and long-term weigght changes: a population-based prospective study. Obtenido en https://ijbnpa.biomedcentral.com/track/pdf/10.1186/s12966-019-0791-8

López, A. & Cebolla, A. (2016): Comer por aburrimiento: relación entre tendencia al aburrimiento y estilos de ingesta en población general. Obtenido en http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/155725/24-Alba%2c%20Ausia%e2%95%a0%c3%87s.pdf?sequence=1&isAllowed=y

OMS (2020): Obesidad y sobrepeso. Obtenido en https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight

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